POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Vuela hoy la crónica a un martes, 2 de junio de 1914. Día en el que se practicaban operaciones de siega y acarreo de mieses, prometiendo la cosecha ser inmejorable. El Ayuntamiento había señalado las veintiuna horas de los sábados para la celebración de sus sesiones ordinarias, durante los meses de junio, julio y agosto. Terminadas las obras de reforma de la Casa Consistorial, la Corporación se ocupaba en construir un nuevo cementerio municipal, por imponerse la clausura del que hoy existe a causa (entonces en el actual Parque Municipal) de su reducida área y proximidad a la población -ofendiendo con ello a la salud, se había inaugurado en 1807-, trabajando asiduamente sus señorías cerca del dueño de la finca en que había de enclavarse, para la cesión voluntaria del terreno necesario, al objeto de evitar el expediente respectivo en el período de “necesidad de la ocupación del inmueble”. Precisaba el autor de la información: Tan luego tenga noticia del resultado de las gestiones que están practicándose, se lo comunicaré.
PLANOS Y PROYECTO HECHOS EN 1902
Tres días después de aquel compromiso informativo, volvía la crónica: Las gestiones hábilmente practicadas para la adquisición del terreno que ocupará el nuevo cementerio municipal, parece haber dado el resultado apetecido, pues según informes fidedignos, la dueña se aviene a cederlo voluntariamente, con lo cual se evitarán los trámites de la ocupación oficialmente, y se nos asegura que por el secretario del Ayuntamiento se trabaja activamente en la redacción del pliego de condiciones económicas con sujeción a las cuales habrán de realizarse las obras para su construcción, a fin de que pueda conocer él la Corporación Municipal en la primera sesión que celebre y disponer lo necesario para anunciar la subasta.
Motivos hay, por lo tanto, para suponer que la villa de Montijo conseguirá ahora ver realizadas unas obras cuyos planos y proyectos datan del año 1902, habiéndose hecho por la autoridad competente en 1904 la declaración de utilidad pública, para los efectos de expropiación forzosa del terreno necesario, por negativa, en aquella ocasión, del dueño, a cederlo voluntariamente.
El proyecto del cementerio municipal fue realizado por el arquitecto provincial Ventura Vaca (1855-1938). Realizó en Montijo, entre otros, los proyectos del paseo del Campo de la Iglesia, construido por Jerónimo Cabezas González, entre 1884-1886, y el Matadero Municipal. Siguió en principio las líneas del eclecticismo, aunque también practicó el modernismo, dejando muestras de su personalidad en varios edificios de la capital pacense.
SUBASTA DE LAS OBRAS: 25.611,31 PESETAS
Concluía la crónica del 5 de junio de 1914: “Después de dos días de calor sofocante, parece que hoy vamos a disfrutar temperatura más benigna”. Ese día la máxima era de veintiséis grados y la mínima de trece. Cinco días antes las temperaturas habían alcanzado cuarenta grados en la máxima y quince en la mínima.
El 9 de junio se escribía “con el magnífico tiempo va realizándose la recolección de habas, cebada y avena, la cual casi se termina, esperanzo comenzar la del trigo en la presente semana. Y a vueltas con el cementerio municipal se informaba que en la sesión de anoche, 8 de junio de 1914, el Ayuntamiento tomó el acuerdo de anunciar la subasta de las obras de construcción del nuevo cementerio municipal, por la cantidad de 25.611,31 pesetas, subasta que tendrá lugar el día diez de julio próximo, a las diez, siendo condición de que el pago, por partes iguales, habrá de hacerse en los años de 1915, 1916, 1917 y 1918”. Era alcalde Francisco Rodríguez Cavero y secretario Bernardo del Amo. Y concejales Pedro Pinilla Coco, Pedro Mateo Pinilla, Alonso Gutiérrez Bautista, Juan de los Ríos Gómez, José Casto Zarzo Cidoncha, Santiago Guzmán del Viejo, Diego Lozano Aparicio (padre de Diego Lozano Rodríguez, jugador de fútbol internacional que triunfó con el Atlético de Madrid), Juan del Viejo Martín, Pedro Carretero Romano, Juan Bautista Lavado, José del Viejo Piedehierro, Juan Rivera Bautista y Toribio Pinilla Gutiérrez.
Días en los que el marketing publicitario aconsejaban contra los males de tos y ronquera, friccionar con Etylmentol la garganta y el pecho, porque se obtenía un efecto superior al de la tintura de ido; la voz se aclara y la tos desaparece. Se vendían en frascos de 5, 25 y 100 gramos en farmacias y droguerías. El trigo se cotizaba a 14 pesetas los 46 kilos.
MODESTO CABEZAS DE LA RIVA, ADJUDICATORIO DE LAS OBRAS
El Ayuntamiento, el 27 de junio, compró 10.643 m2 de terreno rústico a Amparo Lorenzo Codes, que segregó de una finca de su propiedad, sita en el camino de La Roca de la Sierra, ajustándose el precio de la compra-venta en 5.125 pesetas, cuyo destino era construir el cementerio municipal. Días más tarde, el 15 de julio, fueron adjudicadas las obras proyectadas por el arquitecto provincial Ventura Vaca al maestro Modesto Cabezas de la Riva en el precio de 25.600 pesetas. Sin embargo, la construcción de los primeros nichos (diecisiete grupos de tres nichos) fue adjudicada, el 30 de abril de 1915, a José Marín Rodríguez. El primer sepulturero fue José Arnela Pavón, al que el Ayuntamiento le ajustó un salario diario de dos pesetas. A partir de entonces comenzaron los enterramientos en este nuevo recinto y a realizarse el traslado de los restos del otro cementerio, que, años después, el Ayuntamiento lo convirtió en una glorieta. Iniciándose con posterioridad las obras del actual Parque Municipal.
Días después de adjudicadas las obras a Modesto Cabezas comenzaba la I Guerra Mundial, habiendo sido su detonante el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria, ocurrido en Sarajevo el 28 de junio, declarándose la guerra por parte del Imperio austrohúngaro a Serbia, movilizándose Rusia contra los austrohúngaros el 29 de julio. Conflicto bélico que finalizó el 11 de noviembre de 1918, en el que España se mostró neutral.
Tres maestros de obras, en febrero de 1927, José Marín Rodríguez, Antonio Cabezas Martín y Modesto Cabezas de la Riva presentaban en el Ayuntamiento de Montijo un proyecto para construir una nueva barriada de casas entre el clausurado cementerio y el camino de La Roca de la Sierra, casas que acogieron las actuales calles Isaac Peral, Virgen de Guadalupe, Adelardo Covarsí, prolongación de Reyes Católicos y Tentudía.
NOTA
Fuentes documentales consultadas: Actas de sesiones del Ayuntamiento de Montijo y varios ejemplares del diario badajocense, Correo de la Mañana.