POR JOSÉ MARÍA SUÁREZ GALLEGO, CRONISTA OFICIAL DE GUARROMÁN (JAÉN).
¡Mediado septiembre ya presentimos octubre!
Octubre siempre es el mismo mes de octubre, aunque le broten noviembres nuevos y lo hayan regado con los mejores septiembres.
Octubre es una versión de lo mismo, respetando lo mismo, transgrediendo lo mismo, innovando lo mismo, prometiendo lo mismo, engañando a los mismos, y quemándole el mismo incienso a los santones de siempre.
“Monotonía de lluvia tras los cristales” que escribiría don Antonio Machado en su aula de Baeza. Es la misma cantinela: “Mil veces ciento, cien mil; / mil veces mil, un millón”.
Millones de parados, millones defraudados, millones presupuestados, millones de olivos, Euromillones, millones de estrellas, millones que se pierden, millones de votos, millones de glóbulos rojos que se desangran por las Escaleras de Odessa huyendo de los mismos cosacos.
Los mismos tontos útiles sosteniendo las mismas utopías de siempre. Los mismos listos inútiles diluyendo los mismos sueños de siempre.
¡Las mismas mil veces mil, son el mismo millón, don Antonio!
¡Ay! Si mañana amaneciéramos en otro octubre convertidos en pez, en sonrisa o en patada en la entrepierna propinada a los mismos de siempre. Les haríamos sentir el dolor nuevo del mismo victimismo de siempre, ese que espera con la misma esperanza que las mismas promesas no nos traigan los mismos desencantos, ni los mismos piratas, ni los mismos contrabandistas de los octubres de siempre.