POR MANUEL GONZÁLEZ RAMÍREZ, CRONISTA DE ZACATECAS (MÉXICO)
Hace unos días fui a una muy famosa birriería. Pedí un plato de birria, un café y una rebanada de flan. A la hora de pedir la cuenta, quedé sorprendido. Ese desayuno costó 300 pesos más lo que ellos llaman “la propina sugerida” que eran 50 pesos. En total pagué 350 pesos. Salí insatisfecho con la comida y con el precio. No pienso volver.
Otro día fui a desayunar a otro establecimiento: unas riquísimas gorditas, recién hechas, blanditas y rellenas con unos guisos de categoría. También pedí un atole de chocolate. En total pagué 45 pesos. Salí muy satisfecho con lo que consumí y con el precio. Y pienso seguir yendo, sobre todo por la calidad y atención.
El fin de semana pasado subí a nuestro más emblemático cerro de la ciudad de Zacatecas. Ahí disfruté de unos deliciosos tacos de barbacoa, acompañados de un café de olla y unas galletas betunadas. La cuenta no llegó a 100 pesos. Me retiré muy complacido y pienso volver por la calidad, el precio y la atención.
Esta noche cené tres riquísimos y esbeltos tamales (uno de queso, otro de queso con salsa de molcajete y otro de salsa verde con pollo). También pedí un vaso de medio litro de atole de coco bien calientito y recién hecho. Pagué 60 pesos por todo. Quedé muy satisfecho y pienso seguir consumiendo estos productos que son realizados con higiene y un buen sazón.
Así las cosas y los precios en esta cuesta de enero de 2024. Hay que saber dónde comprar… y también es importante comparar precios y calidad.
Mientras tanto, yo seguiré promoviendo los establecimientos donde ofrezcan al público eso, calidad y buen precio. No todo lo caro es bueno. Consumamos local y apoyemos nuestra economía regional.