POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
En el último tercio del siglo XVII, el IV Conde de Montijo levantó, sobre la casa que legó Marina Sánchez (1583) posterior beaterio desde 1617, el convento y la iglesia, que en 1704 fue erigido bajo la advocación del Santo Cristo del Pasmo, de las hermanas pobres de Santa Clara, clarisas franciscanas.
Entre sus obras de arte destacan: Cristo crucificado bajo el nombre del Pasmo, labrado en madera de nogal a mediados del siglo XVI por el escultor borgoñés Juan Juni (1506-1577). Procede de un oratorio que tenía el conde de Montijo en sus casas de Valladolid. Ntra. Señora de la Piedad, imagen del legado (año 1752) de don José Olías Zabala. La talla de Santa Clara, en su morfología barroca descuella el rico estofado de la túnica y manto. Porta aureola en forma de diadema, báculo y ostensorio de plata en su color.
Óleo sobre tabla, que efigia a Cristo con la Cruz a cuestas, llamado por las religiosas “Cristo de la reja”, obra del pintor Luis de Morales (1510-1586). El Descendimiento de Cristo a la Piedad de Ntra. Señora, óleo sobre lienzo, obra atribuida al círculo de Murillo (1617-1682).
En orfebrería destaca un cáliz y ostensorio regalo de Carlos II y Felipe V al Patriarca de las Indias, don Pedro Portocarrero.