POR FRANCISCO ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)
Algo digno de pasar a los anales historiográficos y musicales de Parres ha sido el concierto interpretado esta tarde en los XVIII Encuentros Corales “A la vera del Sella”, en Arriondas, el cual marcará ya de manera definitiva un antes y un después en esta coral parraguesa, precisamente ahora que acaba de cambiar su nombre, después de más de dos décadas conocida como Coral CIMA de Parres.
Señalaré -en primer lugar- que ha sido un acierto el cambio de nombre, que la identifica mejor, pues en cualquier lugar les preguntaban a qué “cima” se referían, cuando -realmente- CIMA es el complicado acrónimo de: “Cambios, Iniciativas, Mejoras y Alternativas” con el que nació la exitosa Asociación de Mujeres que -sin ánimo de lucro- tantos logros ha llevado a cabo, año tras año, y sigue en el mismo empeño con gran acogida.
A partir de ahora se identificará mejor como Coral Polifónica de Arriondas.
Intervino -como invitada- en la primera parte del concierto la dignísima Coral Polifónica de Pravia, con casi sesenta años de historia.
En la segunda parte del concierto de hoy -dedicado exclusivamente a la ópera- la Coral Polifónica de Arriondas ha obtenido un éxito de tal magnitud que no recuerdo haberlos escuchado con tan elevada calidad en sus cerca de veinticinco años de vida.
Desde que la coral quedó en manos del joven Sergio López Castañón -hace poco más de tres años- cada concierto superaba al anterior.
Lo de hoy no ha dejado a nadie indiferente porque ha rozado la perfección.
Su entrada con el “Va pensiero” de la ópera Nabuco, de Giuseppe Verdi, ya dejaba claro que íbamos a contemplar un espectáculo con un cuidado por la interpretación del período, la templanza de las voces y una economía de medios que -efectivamente- quedó muy bien resuelta.
Lo mismo se puede decir de “Vedi le fosche”y “Stride la vampa”, del mismo G. Verdi.
Que el solista tenor Francisco Longoria se atreviese (él solo desde el presbiterio) a interpretar “Una furtiva lágrima”, de “L´elisir d´amor” de Donizetti, hizo que el auditorio contuviese la respiración y -al final- estallase en una de las más ruidosas efusiones de complacencia sonora oídas en la iglesia de San Martín en mucho tiempo.
Porque no es éste un coro de profesionales (como si en la ópera de Oviedo estuviésemos) ni se trataba de ser fidedignos ortodoxos de las partituras propuestas, ni siquiera de utilizar mínimas licencias poco remarcables, sino de volcar sobre el auditorio toda la fuerza operística de la que el coro es capaz.
La solista -Vanesa del Riego- dejó al público estremecido, hipnótico, con una intervención muy sentida, contrastante y sensible. Lo mismo que la mezzosoprano Bárbara Fuentes.
Todo el coro parecía romper ataduras, in crescendo, como abandonando un hipotético yugo, afianzando una alianza más que gratificante con los ´escuchantes´ (sí, porque no hubo oyentes).
Las demás interpretaciones siguieron el mismo camino de éxito, desde “Coro a bocca chiusa” de Madama Butterfly, de Giacomo Puccini, hasta el “Brindis” final de “La Traviata”, de Verdi.
La labor del director Sergio Vázquez está a la vista (mejor, al oído).
Él decía cuando se hizo cargo del coro: “Quiero guiarles, mejor dicho, acompañarles por los muchos y tan diversos estilos musicales: Renacimiento, Barroco, Clasicismo…»
Este joven organista de la basílica de San Juan el Real de Oviedo y el inmenso trabajo de los coralistas escondido tras infinidad de horas de ensayos, no puede quedar relegado sólo a un concierto como el de hoy.
El proyecto en ciernes que manejan de dar un recital en la plaza Venancio Pando, ante el Ayuntamiento, este cercano verano, acompañados de una orquesta, puede marcar un antes y un después en Arriondas en temas de música clásica, como el concierto de esta tarde-noche, enmarcado en las Fiestas de Santa Rita que ahora concluyen.
Las felicitaciones, aplausos y parabienes de todos los asistentes han sido unánimes, y -aquella coral que estuvo a punto de desaparecer no hace tanto tiempo- acaba de alcanzar la cima (ésta sí) de sus interpretaciones…a la que seguirán tantas otras.
Con gran economía de medios se pueden conseguir este tipo de logros, con una interpretación digna tanto de ´capuletos como de montescos´ (por citar a Bellini), en una de las ´piezas´ de hoy.