POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)

Fue un día 14 de marzo del año 1943, cuando volvían a España los soldados que habían acudido, de forma voluntaria, en 1941, para ayudar al ejército alemán en su lucha contra la ahora desaparecida Unión Soviética. Desgraciadamente no regresaron todos los que se fueron: el número de bajas fue más elevado de lo deseado.

A esta expedición bélica, comandada por el General Agustín Muñoz Grandes, se le denominó «División Azul», durante muchos años y, los que tuvieron la suerte de regresar, fueron agasajados en toda España, promovidos por el binomio «nacional-catolicismo».

En mi pueblo, fieles a las normas del llamado Movimiento Nacional y su inquebrantable adhesión del clero, recibieron múltiples fastos y alabanzas y, como los vecinos éramos muy aficionados a los «Coros y Danzas» y «actividades teatrales», el párroco, regente de San Bartolomé, Antonio López Rodríguez, dirigió a un grupo de jóvenes que compusieron «El coro de los Repatriados». Todo ello con la aquiescencia del regidor del Ayuntamiento en ese momento José Carrillo Hita.

Dicho Grupo Coral, representó una función teatral en el recinto del Cine Olimpia, regentado por la empresa Tomás y Valiente, corría el año 1954.

Como fui testigo presencial de aquella situación, doy fe de qué, el aforo del recinto total registró un lleno absoluto. Tanto las personas mayores como los jóvenes educados bajo aquel régimen político, acudieron ataviados con uniformes falangistas; dando un colorido especial al espectáculo. Ni que decir tiene que el éxito fue notorio.

Allí, en el escenario, actuaron con una soltura asombrosa, los vecinos Tomás Moreno, Mariano Carrillo, Antonio Cascales, Pedro «el de la bicha» y Felipe Carrillo. Los asistentes aplaudían, cantaban y lloraban ¡¡Eran otros tiempos!!