POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)

Retro running llaman ahora a correr hacia atrás; no de lado, como los cangrejos, ni correr sobre un témpano a la deriva, ni correr el doble para quedar en el mismo sitio, como Alicia la de Carroll, sino correr de culo. El gasto de calorías de un kilómetro marcha atrás es igual a seis de frente; ejercitamos más músculos, compensa los problemas crónicos de las rodillas originados por la carrera convencional, el cambio de cinética permite descansar a las articulaciones de siempre y las refuerza al desarrollar músculos complementarios, fortalece los abdominales, realinea la zona lumbar y la relaja quitando la presión de las vértebras sobre los nervios, mejora la visión periférica, o sea el reojo, conviene a las articulaciones del cuello, afina el equilibrio, altera la rutina, con el alivio sicológico que ello supone y, en fin, desandamos lo andado; así vuelvo a verte otra vez, Oviedo y Naranco y todo, transeúnte de ti y de mí.

Fuente: https://www.lne.es/