CORRIMIENTO DE TIERRA O AVALANCHA DE LAVA
Oct 04 2021

POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA).

Ulea

De todos es sabido que, en el subsuelo de los pueblos de Archena, Ulea, Villanueva y Ojós, se producían movimientos tectónicos, que hacía temblar la tierra. De hecho, «los expertos en la materia nos dicen que vivimos en un terreno volcánico».

Por tal motivo, las autoridades del Ayuntamiento de Ulea y los distintos Curas Párrocos, estaban preocupados, por la frecuencia de los temblores subterráneos; que ellos llamaban terremotos.

La tierra se resquebrajaba y, tanto las casas como las tapias de los corrales, sufrían grandes desperfectos; hasta el punto de que, algunos, se derrumbaban.

Los distintos mandatarios del Ayuntamiento de Ulea, así como los del Clero, se reunían con frecuencia con el fin de evitar que dichos movimientos sísmicos, produjeran desgracias personales; dado que, en varias ocasiones habían caído cascotes de yeso del techo y paredes de la Iglesia Parroquial.

Los Curas Párrocos de Ulea, junto a las autoridades del Consistorio, realizaban con frecuencia, rituales procesionales, para que el Creador, calmara la ira de los temblores subterráneos, del lugar en que estaba ubicado el pueblo de Ulea.

Hay constancia testificada de que, el día de la Santa Cruz, del año 1716, los habitantes uleanos se vieron sorprendidos por temblores sísmicos, de gran magnitud en la Escala de Richter.

Con posterioridad, el día ocho de noviembre, del año 1881, el suelo de Ulea fue sacudido con extrema violencia, como consecuencia de un intenso terremoto; hecho que divulgó el «Diario de Murcia» del día 11 de dicho mes de noviembre.

El pánico cundía entre los ciudadanos y, desde la cumbre del monte «el Castillo», hasta el paraje de «La Colla», entre los límites de Ulea y Ojós, barranco abajo hasta el lugar en el que estuvo enclavado el poblado Tardo-Romano cercano al «Salto de la Novia»; se canalizó gran cantidad de tierra, piedras, agua matojos y lodo, todo ello a temperatura más elevada de lo normal. Todo el barranco quedó cegado, quedando en la superficie una capa de color ocre, en donde, en lo sucesivo, no había ninguna vegetación. No nacía ni hierba ni matorral de la sierra, ya que quedó con una capa como si fuera «De Tierra Quemada».

Hoy día, 120 años después, dicho barranco es estéril y su superficie de color ceniza.

Siendo yo escolar, en la década de 1940 a 1950, Ambrosio Ruiz «el de la tía Pepa”, con su voz pausada, nos decía a los escolares, cuando salíamos al recreo en la plaza, que en la cima de dicho barranco saltaron chispas incandescentes, como si en dicho lugar hubieran hecho una hoguera.

Hoy, día 29 de septiembre de 2021, tras la erupción del volcán de la Isla de La Palma, me hago la siguiente pregunta: Si en 120 años apenas ha nacido alguna mata de hierba; ni arbustos ¿en vez de barro no sería lava de un pequeño volcán?

Tengamos en cuenta que todo el territorio del Valle de Ricote es terreno volcánico y, con el tiempo, los expertos Vulcanólogos, serán capaces de hacer un diagnóstico exacto de lo ocurrido en el año 1881. ¡Al tiempo!

Hoy, 120 años después, en dicho barranco, apenas ha nacido hierba ni arbustos, sólo queda esa superficie de terreno de color ceniza, que no se le parece en nada a los barrancos y terrenos colindantes.

FUENTE: J.C.E

Add your Comment

Calendario

noviembre 2024
L M X J V S D
 123
45678910
11121314151617
18192021222324
252627282930  

Archivos

UN PORTAL QUE CONTINÚA ABIERTO A TODO EL MUNDO