POR JOSE ANTONIO RAMOS RUBIO, CRONISTA OFICIAL DE TRUJILLO (CÁCERES).
En la ermita de Nuestra Señora de Gracia en la Arguijuela de Abajo, en el lado de la Epístola, se rinde culto a la imagen del Cristo de la Expiración. Es un Crucificado de madera policromada, bajo la advocación del Cristo de la Expiración, de finales del siglo XIV, con una tipología rígida y popular.
El 7 de abril de 1992 se fundó una cofradía penitencial que procesiona el Viernes Santo por la mañana al Crucificado. Es de destacar que el obispo don Juan José García Álvaro (1750-1783) concedió 40 días de indulgencia a aquellos fieles que rezasen ante la imagen del Crucificado, según reza en una cartela que está en el lado del Evangelio1.
Es una impactante imagen la del Crucificado. Se sostiene en tres clavos, y los brazos del Cristo prácticamente son horizontales. El estudio anatómico es de gran calidad, resaltando los músculos y las venas. Por encima de la cruz del Crucificado rezan en una cartela “JESUS NAZARENUS REX IUDEORUM”. Como es notorio, la Cruz ocupa el primer lugar entre las imágenes sagradas, ya que es el símbolo del misterio pascual. Por ella se representa la pasión de Cristo y su triunfo sobre la muerte, al tiempo que se anuncia su segunda venida, ya gloriosa.
Destacan los músculos del cuello en tensión y una expresiva cabeza, levemente flexionada hacia su hombro derecho, con un rostro de expresión patética, ojos abultados, boca de labios carnosos, entreabierta, en la que se distinguen la barba partida con suaves rizos en las puntas y la cabellera, que desciende hasta los hombros. Sobre la corona trenzada de espinos original se le ha puesto otra recientemente.
Es un Cristo vivo en actitud expirante, no presenta la llaga en el costado, pues aún no ha sido atravesado por la lanza de Longino, según el texto bíblico2. El torso está resuelto y modelado correctamente, con un volumen torácico proporcionado; destaca la infección en las caderas y la depresión en la cintura, alejándolo del rígido esquema troncocónico que era frecuente en crucificados de períodos anteriores. Es obra del siglo XIV.
Esta imagen pertenece a la Ilustre Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Expiración y Nuestra Señora de Gracia y Esperanza. Procesiona el Viernes Santo, con su salida desde la iglesia de San Mateo a las 11.30 horas.
Fue restaurado en 1997 por doña María Antonia González Luceño, licenciada en Bellas Artes. En primer lugar, se realizó una limpieza en superficie con brochas suaves para eliminar las manchas; esta limpieza dejó ver que en ambos brazos y en el muslo izquierdo se había perdido por completo la película pictórica, quedando el soporte al descubierto. Se eliminó el relleno de las grietas, que se encontraban sueltas para poder ser consolidadas; esta tarea se realizó por impregnación, a base de pincel para el interior de las grietas y por inyección en todos y cada uno de los orificios de salida de los xilófagos. Se rellenaron los orificios y las grietas con resina y se añadieron injertos con maderas. Se colocaron en la corona nuevas espinas hechas con bambú, aprovechando los agujeros que habían dejado las originales. Orificios, grietas, cabellos y dedos fueron estucados a la manera tradicional con sulfato cálcico y con cola animal, y también la cara posterior de los brazos y del muslo izquierdo, que de esta manera preparadas recibieron la reintegración de la policromía, que se hizo con técnicas acuosas, tempera y acuarela. La reintegración final se realizó con pigmento al barniz.
1 En el Fondo Parroquial de la Iglesia de San Mateo de la ciudad de Cáceres, en la Caja 41, Carpeta n° 17, se encuentra una Escritura de Censo, de 1547, perteneciente a la antigua Cofradía de Nuestra Señora de Gracia.
2 Según el texto apócrifo, una forma del nombre Longinos también aparece en una miniatura en los Evangelios ilustrados por Rábula en el año 586 d. C. (actualmente en la Biblioteca Laurenciana, en Florencia). En la ilustración, el nombre Longinos está escrito en griego sobre la cabeza del soldado que perfora el costado de Cristo. Esta es una de las primeras referencias del nombre, si es que no es una inscripción hecha posteriormente. En la tradición cristiana se le identifica como Cayo Casio Longinos (‘Gaius Cassius Longinus’ en latín), con lo que quien atravesara a Jesús con una lanza se llamaría igual que uno de los principales asesinos de Julio César, y con esto no se hace más que debilitar la teoría de que el soldado que atravesase a Jesús se llamara así. La lanza se menciona solo en el Evangelio de Juan (19, 33-34) y no aparece en ninguno de los evangelios sinópticos.