POR AGUSTIN DE LAS HERAS, CRONISTA OFICIAL DE VALDEPIÉLAGOS (MADRID)

Pero cuando la historia que nos une no les interesa a las nuevas generaciones es cuando ocurre el castigo: la historia se repite. Y generalmente es la mala historia, la de las guerras, la de las penalidades, la de volver a repetir los errores, aquella que nos sucede. Ese péndulo que se mueve hacia un lado, va hacia el otro y al final vuelve al lado desde donde empezó a moverse, sin avanzar, engañando a las ondas del tiempo.

Miguel nos ha dibujado el mismo Fuero, su historia, sus protagonistas y nos ha llevado por los siglos hasta que las aldeas se convirtieron en villas.

Y el Fuero nos ha llegado porque lo escrito permanece como nos indica en su principio. Y así no se olvida. Y el Cronista de Algete nos ha advertido de la importancia de mantener archivos, porque no son simples legajos atados y clasificados, que algunos incluso no se preocuparon porque desaparecieran.

Pero antes he vuelto.a ver ese maravillo video de presentación. Gracias Alfonso. Y miraba los roll up y los carteles y su contenido y el diseño y la materialización de la labor de un equipo de trabajo que no debe desaparecer con el tiempo. Qué grandes sois.

Y miraba los actos programados y los lugares y veía como la preocupación y el trabajo de Carmen tenía un magnífico resultado. Qué gran archivera tiene Algete.

Y luego he estado con mis compañeros y con las gentes de Valdepiélagos y con los de la Asociación Cultural Atalayas de Pedrezuela y con mas personas que no quiero olvidar. Y en todos he visto un interés para que la conmemoración del Fuero no sea el final, sino el principio.

Pero en todo momento he estado con una vecina de Algete y su marido. Ella era mi compañera de colegio y de barrio. Una amistad de aquella panda de juventud que estudiaba en las Escuelas Aguirre y se movía por El Retiro. Y del Fuero nos hemos ido a hablar de la vida. De nuestra generación perdida entre dos movimientos del péndulo que antes comentaba. Gracias Ludy, gracias Fran.

Y cuando volvía en coche a Madrid venía pensando, con la oscura soledad de la noche helada, en nuestro pasado. La luna sonreía. Y puesto que lo que se hace con el tiempo muy fácilmente se borra de la memoria humana, a no ser que se eternice mediante el testimonio de la escritura por ello, nos, dejo escrito esta crónica de lo que aconteció en esta villa de Algete este viernes 24 de febrero, 800 años después de que existiera el Fuero de Talamanca.

Gracias Algete, gracias equipo. Sois grandes.