POR JOSÉ ANTONIO AGÚNDEZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE MALPARTIDA DE CÁCERES (CÁCERES).
Decíamos hace pocas fechas parafraseando a los antiguos que “Ya se van los Carnavales por la Norilla y viene la Semana Santa por la Zafrilla”. Y así ocurrió: llegó, pasó y la despedimos en espera ahora de San Isidro que también aguarda ya en la Zafrilla. Hasta este domingo de la Octava de Pascua no he podido hacer crónica de lo acaecido en la Semana Santa malpartideña 2022, de tan intensa, participativa y esplendorosa como ha sido. Ya hablamos en una anterior entrada de lo ocurrido el Viernes de Dolores con el magnífico pregón que proclamó Mariano Chanclón y el broche musical que puso la Agrupación Los Arcos en su concierto de marchas procesionales. Y así continuó nuestra Semana Mayor, movilizando a gran número de malpartideños de toda edad y condición.
Pasado el Domingo de Ramos, que resultó muy lucido, los días previos al Jueves y Viernes Santo, las distintas cofradías, hermandades y mayordomías así como la Comisión del Señor se aprestaron a ornamentar sus pasos procesionales y el Monumento, haciéndolo, como acostumbran, con derroche de finura. Muchos hermanos acudieron al llamamiento de las respectivas juntas directivas para colaborar en el traslado de andas y tronos, colocación de imágenes, vestimenta de altares, limpieza de accesorios y exornos florales, luciendo en todo su esplendor el templo parroquial. Ello invitó a su visita por parte del vecindario y del numeroso público foráneo que se encontraba en la localidad disfrutando de sus múltiples recursos turísticos y de las buenas temperaturas que se gozaron sobre todo en la segunda mitad de esta semana. Dentro de esa promoción y difusión del patrimonio artístico y cultural local se encuadró el acto “Arte hecho Pasión” en el cual la responsable de la Oficina de Turismo y quien esto escribe hicieron un repaso por la imaginería, ritos y costumbres que otorgan señas de identidad propias a la semana santa malpartideña, mostrando al numeroso público asistente diversos objetos -casi reliquias- conservados relacionados con aquellos cultos.
En la tarde del Jueves Santo, mientras en el atrio de la iglesia algunos jóvenes participaban en la popular competición de “saque” -un juego de pelota local en el que los muros del templo ejercen de frontón-, otros tomaban sus tradicionales rosarios, capas y alabardas para pertenecer al inmemorial cuerpo de Alabarderos y Guardadores, hecho hoy Hermandad. 14 parejas constituyeron este año la milicia de guardadores adultos, sin contar con la estupenda cantera de alabarderos infantiles que la Hermandad ha sabido crearse y que, sin duda, aseguran la savia que permitirá su permanencia en el tiempo. Para la ocasión, la junta directiva de los Guardadores había previsto algunos cambios en la organización como la ampliación del tiempo de las guardias, lo que permitió aliviar la aglomeración de mozos y dilatar las horas de descanso entre relevos. En la tarde de este Jueves “que reluce más que el sol” se efectuó la Misa de la Cena del Señor en la que se ha incorporado en los últimos años el Lavatorio de pies. Y tras el traslado de Jesús hecho Eucaristía al Monumento, que cada año la Comisión del Señor se encarga de ornamentar con exquisito primor y delicadeza, comenzaron los turnos de velas al Santísimo.
La Procesión del Jueves Santo, la más populosa y vistosa de la Semana Santa malpartideña por contar con tres pasos, resultó de gran esplendor y muy concurrida, optándose finalmente por hacer el recorrido largo -el habitual- en vez de acortarla como se especuló en un principio en vista de la escasez y merma de hermanos de cargas en algunos casos. Todas las imágenes, insignias y muchos cofrades manifestaron su pesar y luto portando lazos negros en memoria de los hermanos fallecidos, las víctimas de la pandemia sufrida en los dos años precedentes y de los muertos que la guerra de Ucrania está dejando sobre el solar de aquella nación. Como detalles para el recuerdo decir que la mayordomía del Amarrado a la Columna estrenó estandarte y que cuenta ya con 94 inscritos; que a las andas del Nazareno se le incorporaron ruedas -que luego los hermanos de carga no consideraron utilizar a pesar del sobreesfuerzo que realizaron, lo cual se aplaudió y valoró mucho-; y que la Virgen de la Soledad estrenó también vestimenta y manto regalo de una devota. Los pasos procesionales estuvieron escoltados además de por los guardadores, por capuchones con hachas de luz, mujeres ataviadas con la tradicional mantilla española, la banda de música local que amenizó con escogidas marchas toda la estación de penitencia, la presencia de cantaores de saetas, autoridades y numerosísimos fieles.
(continuará)