POR AGUSTIN DE LAS HERAS, CRONISTA OFICIAL DE VALDEPIÉLAGOS (MADRID)
¿Cuál es el étimo de la vida? ¿Os lo habéis planteado? ¿Cuál es la raíz que os anima a vivir? ¿Dejáis que la vida os viva o vivís sin ser vividos? ¿Sois autómatas que creéis que nunca conoceréis a Caronte?
No sabemos lo que es lo cotidiano porque no lo apreciamos. Y cuando lo perdemos lo lamentamos.
Cotidiano es sentir que el agua que veis fluir ya nunca la volveréis a ver. Cotidiano es ver que cada amanecer trae la luz de la mañana. Cotidiano es sentir como penetra en vuestro cuerpo el aire que os llena de vida. Cotidiano es apagar la sed en una fuente. Cotidiano es verse mecido por el viento sin importar de donde viene…
Cuando observo vidas ajenas veo que hechos diarios normales para ellos entran dentro de una cotidianidad que me es ajena. Y no lo viven, no lo aprecian.
Y es en la simpleza de esos hechos cuando el que no puede vivirlos se encuentra en un plano distinto al vuestro y fuera de lo que incluso llamáis ley de vida.
Para muchos de vosotros cotidiano es o ha sido: Ver cómo vuestros hijos abrazan a vuestra madre… Haber mirado a los ojos de vuestras abuelas y haber cruzado siquiera dos palabras con ellas… Haber paseado con alguno de vuestros abuelos, oyendo su respiración y escuchando sus palabras… Tener una envidia sana cuando vuestro padre es capaz de querer más a su nieta que a vosotros mismos… Ser abrazado y mimado por vuestros abuelos… Marcar un número y oír la voz de vuestra madre…
En fin, cosas cotidianas que no apreciáis, pero que me son ajenas hace ya mucho tiempo. Sed conscientes de lo que tenéis y sed felices por ello. Y en el dia de San Agustín os recuerdo una de sus frases: «No hubo tiempo alguno en que no hubiese tiempo» En vuestra mano está perderlo, regalarlo, vivirlo, o no.
FUENTE:
@agustindelasheras
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