SETENTA CRONISTAS OFICIALES DE EXPAÑA Y DOS DE MÉXICO PONEN EN VALOR EL PASADO Y EL PATRIMONIO MONUMENTAL DE LA CIUDAD MACHADIANA
El acontecimiento celebrado, este fin de semana, por los cronistas oficiales de España habría permitido al maestro Cazabán firmar una de aquellas inalcanzables crónicas a la que, seguro, le habría destinado un buen número de páginas de Don Lope de Sosa, la imprescindible, emblemática revista mensual que lo elevó a la categoría de mito en la provincia.
En su salsa se hubiera encontrado don Alfredo entre compañeros y en Baeza, la ciudad que jiennense la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales (Raeco) prefirió, este año, como sede de la cuadregésimo quinta edición de su congreso nacional. Una cita de gran trascendencia en el curso de este colectivo, que agrupa a quienes dedican gran parte de su vida a escrutar el pasado de sus municipios para arrojar luz sobre su presente y construir memoria con vistas al futuro.
Alrededor de setenta participantes (y unos sesenta acompañantes) tomaron parte en este encuentro, que se celebró en el Santo Reino por cuarta vez (en dos ocasiones en Jaén capital y en otra, en Cazorla) y que, a tenor de las impresiones que se llevaron los cronistas, tuvo en Baeza una gran anfitriona: «Es una tierra entrañable, un colmo de arte, de generosidad de su gente, es de los sitios que invitan a volver», en palabras del presidente de la Raeco, Antonio Luis Galiano. Entre los inscritos se encontraban también dos miembros de la asociación de cronistas de México, entidad con la que la Raeco mantiene hondos vínculos de colaboración.
El programa comenzó el pasado viernes en el Paraninfo de la Antigua Universidad con el acto de recepción y las intervenciones institucionales, de labios de la alcaldesa de la ciudad, Lola Marín,y la directora de la sede baezana de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), María Ángeles Peinado, acompañadas, entre otras autoridades, del diputado provincial Daniel Campos y el vicerrector de Profesorado de la UJA, Alfonso Jesús Cruz.
En ese mismo escenario, el cronista oficial de Baeza, José Luis Chicharro, leyó la conferencia Baeza en el tiempo, «una lección magistral sobre la historia de la ciudad», según Antonio Luis Galiano. Precisamente Chicharro (uno de los principales artífices del éxito organizativo de la cita en Baeza) fue uno de los distinguidos en esta primera sesión del congreso, en la que recibió la medalla nacional al mérito 2019 de la Federación de Cronistas de México «por su notable y ejemplar trayectoria». Por su parte, los historiadores que cumplieron sus bodas de plata en el cargo también fueron galardonados, así como los nuevos asociados. Igualmente, el decano de los cronistas de la villa de Madrid, Enrique de Aguinaga, que se hizo acreedor a la medalla Juan Ignacio María de Castorena.
La segunda jornada del congreso, cuyas sesiones se celebraron en las instalaciones de la UNIA, contó con la presentación de cincuenta y nueve comunicaciones «de mucho nivel, de ellas un 26 por ciento dedicadas a la zona de Baeza», destaca el presidente de la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales. Estudios que, como prevé la organización, serán publicados en un libro de actas al objeto de divulgar estos exhaustivos trabajos, cuyas temáticas se dividen entre las escogidas por los propios investigadores y la propuesta del congreso, en torno a la proyección de la arquitectura renacentista baezana en España y América.
Hubo tiempo, además, para la convivencia y el ocio, con sendas visitas a la ciudad machadiana y a Úbeda, en las que los participantes conocieron los principales hitos de ambos municipios Patrimonio de la Humanidad. Y es que, junto con las consecuencias culturales de esta celebración, es de destacar también el impacto económico del congreso en la zona.
La programación concluyó a mediodía de ayer domingo, con la clausura oficial del encuentro. Una reunión de primer nivel que, el próximo año, se celebrará en Avilés (Asturias) y tendrá un evidente sabor hispanoamericano.
Fuente: https://lacontradejaen.com/ – Javier Cano