POR MARTIN TURRADO VIDAL, CRONISTA OFICIAL DE VALDETORRES DE JARAMA (MADRID)
En Valdetorres de Jarama este fin de semana hemos estado de fiesta. Una fiesta muy especial, pues hacía muchísimos años que no se celebraba. Hemos recuperado una tradición centenaria, que, ojalá, tenga continuidad. Ha sido días alegres, cargados de mucha emotividad y de muchos recuerdos, sobre todo para quienes hemos estado detrás de esta idea desde sus inicios.
Este año se celebra el VIII Centenario de la Concesión del Fuero a Talamanca y a su Comunidad de Villa y Tierra, compuesta por once pueblos, enclavados actualmente en las provincias de Madrid y Guadalajara.
Uno de los pueblos integrantes de esa Comunidad fue Valdetorres, que jugó un papel importantísimo en el mantenimiento de la unidad de todos esos pueblos. Lo hizo a través de una de las instituciones más antiguas surgidas en esa Comunidad: el Concejo local de la Mesta. Sus reuniones tenían lugar en la ermita de la Virgen del Campo, situada en el término de esta localidad, las vísperas de tres fiestas: la de la Virgen del Campo (24 de marzo), patrona de la Mesta local; la de San Juan (23 de junio) y la de San Miguel (28 de septiembre).
A partir de 1563, Valdetorres se separó de la capital de la Comunidad, convirtiéndose en un pueblo de señorío. Pero su papel en la Mesta local aumentó, porque, en muchas ocasiones, especialmente en situaciones extraordinarias, fueron sus autoridades las que convocaron el Concejo. Este es el motivo por el cual, nuestro pueblo pidió a los demás que le dejaran estas fechas para la celebración de la concesión del fuero.
El acto con que dio comienzo la celebración fue descubrir un mosaico conmemorativo en la plaza del pueblo. En primer lugar, nos dirigió unas palabras, muy breves, el alcalde y, a continuación el presidente de la Asociación Camineros de la Historia, realzó la significación de este acto y describió el significado de dicha placa. En ella figura un plano de la fachada de la ermita de la patrona, unos pastores y una oveja con su cría, y el escudo de los once pueblos. En ella está muy bien visualizada la idea de la celebración que estaba teniendo lugar.
A continuación, en el salón de actos de la Casa de la Cultura tuvo lugar el acto inaugural de estas jornadas festivas. Habló, en primer lugar, el alcalde en una intervención que tuvo como eje central resaltar la importancia de Valdetorres en el mantenimiento de los vínculos de unión entre los once pueblos a través de la Mesta y la conexión de todo esto con el fuero, en cuanto que fue una continuación en terreno económico de los que se contenían en aquel. Hablo de los planes de futuro, y de la necesidad de que todos los pueblos que en su día la formaron continuaran trabajando juntos.
Después tomó la palabra el presidente de la Real Academia Española de Cronistas Oficiales para presentar el libro que se había editado para la ocasión. Hizo un recorrido por sus tres partes, el pueblo, el vino y la Mesta, destacando algunos aspectos en cada una de ellas. En la primera, fue lo referido a los oficios, en la segunda la cantidad de terreno dedicado al cultivo de la vid y a la producción de vino y en la tercera, el papel jugado por el pueblo en el concejo local.
A renglón seguido, intervino el autor. Hizo una prehistoria de cómo se había podido llegar a escribir esta obra a través de la catalogación de la parte histórica del archivo municipal. Sus fondos son tan ricos de contenido que ofrecen grandes posibilidades para su explotación a través de investigaciones. Fue analizando cada una de las partes antes mencionadas, explicando cómo se fue gestando esta obra y los problemas que tuvo que superar para terminarla. Su exposición se centró en las relaciones de la Mesta local con el fuero; los conflictos con el Honrado Concejo de la Mesta y la organización y funcionamiento del Concejo local.
Al ser Valdetorres el centro de reunión de ganaderos y pastores tres veces al año, se convirtió de hecho en el mayo nexo de unión entre los pueblos, que durante mucho tiempo tuvieron, como base económica, la ganadería. También fue donde se solucionaban los conflictos entre ganaderos y entre pastores; donde se imponían sanciones a los que contravenían las ordenanzas, y, en fin, donde se nombraban anualmente los cargos que habían de dirigir durante un año el Concejo.
Finalmente, en cuanto a las intervenciones orales, el presidente de la Asociación Camineros de la Historia, explicó a los presentes lo que significaba la inauguración del Centro de Historia y Desarrollo de Valdetorres, que estaba teniendo lugar en este acto. En primer lugar, sería un lugar de encuentro de los que habíamos formado el grupo de trabajo que preparó los actos del VIII Centenario del Fuero; en segundo lugar, un lugar destinado para preparar actos culturales, como conferencias, presentaciones de libros, exposiciones, etc. y tercero como gran centro cultural que continúe trabajando cuando los ecos del VIII Centenario se hayan pasado, dándoles una continuidad para que cobren un mayor sentido.
Cerró el acto un grupo musical. Fue el broche de oro. Tocaron cuatro piezas de música tradicional de la Sierra Norte, alguna de ellas muy emotiva, una nana preciosa, y otras que llegaron a la sensibilidad de los presentes, pues se trataba de una canción recogida en Valdetorres. Supo a poco su intervención y tuvieron que añadir otra de “propina”. Fue un cierre maravilloso.
Este acto terminó con un excelente vino español, servido en el patio de la Casa de la Cultura, donde ya las charlas fueron más informales y se estrecharon los contactos entre los asistentes.
El sábado 25 tuvo lugar en la plaza una recreación de un Junta de la Mesta local. En primer lugar, se leyeron las ordenanzas por las que se regía y la convocatoria a la junta con los que tenían derecho a asistir. Después se recrearon dos escenas, muy graciosas, sacadas de las actas que se conservan. Fue un acto sencillo, pero encantador, porque la representación estuvo muy bien guionizada y dirigida.
Hemos terminado la fiesta. Ha sido un gran momento de alegría. Se tiene la sensación de haber asistido a un acontecimiento que no debe ser pasajero. Hay materia suficiente para seguir repitiéndola cada año y existen muchos motivos para hacerlo. De esta forma Valdetorres recuperaría el papel que históricamente le ha correspondido en la historia de la Comunidad de Villa y Tierra de Talamanca, y seguiría siendo un nexo de unión entre los once pueblos que la componían.
FUENTE: M.T.V.
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