Licencia y facultad para que el capitán Miguel Caldera descubra las minas del Potosí, en la Nueva España, año de 1592.

Por cuanto de muchos días a esta parte, se ha tenido y tiene noticia que en la serranía que llaman del Potosí, tierra de guerra, y donde habitan mucha cantidad de indios salteadores, guachichiles, chichimecos, y de otras naciones, que son en lo descubierto de la gobernación de este reino, de donde salen a saltear y hacer daño en los vasallos de su majestad, muy de ordinario y gran cantidad de minas de metal de plata y de otros metales, así se acabasen de descubrir y poblasen y beneficiasen Dios nuestro señor y su majestad, serían muy servidos y los reales quintos aumentados, demás de lo cual poblándose en aquella parte donde se tiene noticia que son las dichas minas, seria poblar la tierra del enemigo, y pobladas podría ser o presión para que con el favor divino viniesen los dichos indios salteadores a estar de paz, y venir en conocimiento de nuestra santa fe católica, que es lo que su majestad y su excelencia todos pretendemos para que cesen los daños que hacen.

Y habiendo tenido esta noticia el capitán Miguel Caldera, capitán de su majestad en este nuevo reino, y nombrado por el dicho señor teniente de capitán general, como vasallo y criado de su majestad, movido de su servicio a Dios nuestro señor y de su majestad, se ha ofrecido que con algunos soldados, que serán hasta 25 o 30 hombres a su propia expensa y costas, sin sueldo alguno. Quiere ir a descubrir las dichas minas, y siendo tales los metales de ellas, que se puedan sustentar y poblarlas para los efectos susodichos, y me ha pedido que como tal teniente de capitán general, le de licencia y facultad para ir hacer la dicha jornada.

Y que por ser todo el camino que hay de aquella y la dicha serranía toda tierra de guerra, y de indios salteadores del camino de ida y de vuelta, y las dichas minas y cerros dellas indios salteadores les salieren allí, para querer hacerles daños y estorbarles su buen propósito y fin que llevan, los pudiesen prender para que como tales salteadores fuesen castigados de sus delitos.

Y por mi visto lo susodicho, y que me consta que de descubrirse y poblarse el cerro del Potosí, donde son por ser como es tierra tan de guerra, y por las demás causas de susoreferidas, Dios nuestro señor y su majestad serán della muy servidos y el real aumentado, a lo cual y a la mucha confianza y satisfacción que tengo del dicho capitán Miguel Caldera, a la buena cuenta que ha dado, de lo que como tal capitán se le ha cometido, y mandado en nombre de su majestad, ansi en este reino, como en el de la Nueva España, donde ha servido a su majestad, con sueldo y sin el, y a la mucha experiencia que de las cosas de guerra y noticia de la tierra della que en este reino hay, ya que es persona que con toda fidelidad, diligencia y rectitud y cuidado hará lo que por mí, en nombre de su majestad, le fuere cometido y mandado en nombre de su majestad y de su excelencia.

Doy licencia y facultad cual conviene y es necesario al dicho capitán Miguel Caldera, para que con los dichos 30 soldados, y por lo menos con 25 soldados, aderezados de todas las armas necesarias, de personas y caballos que convienen, descubra las minas de la serranía que llaman del Potosí.

Su majestad, es el rey de España

Su excelencia, es el virrey de la Nueva España

El nuevo reino, es el de Galicia

Teniente de capitán general, es Rodrigo del Rio de Losa

Méritos y servicios del capitán Miguel Caldera abril de 1592 (92 fojas)

Archivo General de Indias

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