POR MANUEL GONZÁLEZ RAMÍREZ, CRONISTA OFICIAL DE ZACATECAS.

La expulsión de los jesuitas.

En una de las operaciones logísticas más complejas, elaboradas y exitosas de la Historia, el 2 de abril de 1767 se decretó la expulsión de los jesuitas de todos los territorios de la monarquía hispánica.

Tras un año de discusión en las altas esferas del gobierno, luego de los motines de 1766 (el motín de Esquilache) y después del celebérrimo Dictamen del fiscal del Consejo de Castilla, Pedro Rodríguez de Campomanes, en los primeros tres meses de 1767 se despacharon órdenes a todos los intendentes y obispos de la monarquía en tres continentes, desde Caracas a Filipinas y desde California a Buenos Aires, para que el mismo día y a la misma hora fueran detenidos todos los miembros de la Compañía, religiosos y legos, y expulsados de los dominios del rey, especificando que al resto de congregaciones se les manifestara «la confianza, satisfacción y aprecio» de la Corona.

La mayoría de ellos terminaron en Italia, y la gestión de las propiedades que dejaron necesitó de la creación de una agencia específica, el Ramo de Temporalidades, dentro de la Hacienda real.

En Zacatecas, los padres jesuitas fueron expulsados y tanto su Colegio como iglesia fueron cerrados. Años más tarde, los ocuparían los dominicos. Por eso se le conoce al templo como el de Santo Domingo. El antiguo claustro, hoy en día es el Museo Pedro Coronel.

El jesuita Francisco Javier Clavijero murió el 2 de abril de 1787 en Bolonia, Italia.

Había tenido que salir de la Nueva España en 1767, después de que el rey Carlos III expulsó a todos los jesuitas de los dominios de la Corona española.

Se estableció en Italia y desde ahí escribió su magna obra «Historia antigua de México».

Créditos de las imágenes:

En el Archivo General de Simancas (España) se conserva el Real Decreto de expulsión de los jesuitas de los dominios de la monarquía. 1767-04-02. El Pardo. Signatura: AGS,GYJ,667,2.