POR MANUEL GONZÁLEZ RAMÍREZ, CRONISTA DE ZACATECAS (MÉXICO).
Fue tomada en uno de los momentos más espectaculares del eclipse solar de 1991. Esta toma tuvo lugar a un lado de la Presa de El #Chique, municipio de #Tabasco, #Zacatecas.
Esa imagen fue captada por el gran artista de la lente, el ingeniero Alejandro Muñoz Suárez.
A mi me interesaba tener esa fotografía porque exactamente 300 años antes, ocurrió un fenómeno similar.
Fue en 1691, justo cuando se estaba realizando el proceso legal para la fundación de la Villa de Villagutierre del Águila (hoy Villanueva).
Un muy calificado observador de tal fenómeno de 1691 en la Ciudad de México fue don Carlos de Sigüenza y Góngora (1645 – 22 de agosto de 1700), quien había sido nombrado Cosmographo Regio, y en una misiva a su amigo el contralmirante Andrés de Pez (1657-1723) relata:
“Hora no hallamos más horrorosa. Al mismo instante que faltó la luz, cayéndose las aves que iban volando, aullando los perros, gritando las mujeres y los muchachos, desamparando las indias sus puestos en que vendían fruta, verdura y otras menudencias, por entrarse a toda carrera a la Catedral […] se causó de todo tan repentina confusión y alboroto que daba grima”.
En la Presa de El Chique, en 1991, al momento que empezó a oscurecerse a pleno mediodía, unas gallinas que andaban por ahí se dirigieron hacia un mezquite y se treparon. Y cuando estaba volviendo la luz solar, el gallo empezó a cantar. Eso fue lo que observamos, además del espectáculo que nos brindaron los dos astros protagonistas de ese momento: el Sol y la Luna.
Esta fotografía será donada al Museo Comunitario de Tabasco, Zacatecas. Es la original. Tomada e impresa en 1991.