POR AGUSTÍN DE LAS HERAS MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE VALDEPIELAGOS (MADRID)
Sí, sí, el Pilde.
Habiendo declarado Nerón a Galba enemigo de la patria, éste huyó a lo más escondido de las antiguas tierras arevacas.
Tras las murallas de Clunia esperaba acontecimientos. Sí, donde celebramos la romería los de Brazacorta.
La Legio VII Gemina, que había creado, le protegía. A finales de mayo del 68 d. C. el gobernador de Germania Superior Lucio Verginio Rufo derrotó a Víndex en Vesontio, tras lo cual el gobernador de Galia Lugdunense se suicidó.
En marzo de 68, el gobernador de la Galia Lugdunense, Cayo Julio Víndex, descendiente de los reyes aquitanos, se había rebelado contra Nerón, declarando su objetivo de devolver el poder supremo al Senado y al pueblo de Roma. Incluso antes de su aparición pública, Víndex había ofrecido una alianza a Galba, quien ignoró sus cartas, aunque tampoco informó a Roma.
Muerto Vindex, el ejército victorioso declaró inmediatamente a su comandante como emperador y este afirmó que no tenía derecho al poder y que no permitiría que nadie más lo tomara en contra de la voluntad del Senado y del pueblo de Roma, declaración que iba dirigida tanto a Nerón como a Galba. Servio Sulpicio Galva al enterarse de lo sucedido, intentó entablar negociaciones con Verginio Rufo. Al fracasar, tras recibir las noticias, cogió el camino que llevaba a Uxama donde conocía la existencia de una villa construida sobre un asentamiento arevaco.
Salió por la puerta sur de Clunia hacia la vega del Pilde en dirección a la actual Fuentearmegil y bien pudiera haber sido en una villa cercana. En medio del monte, escondida del camino existía una villa que podía guarecerle de los asesinos que enviaran sus enemigos.
En aquel patio, junto al manantial, Galba pensó en el suicidio. Su posición no le era favorable con esos acontecimientos. Servio Sulpicio se había enterado que Nerón había mandado al procurador hispano que lo matara. Paseaba nervioso por las galerias que rodeaban el peristilo de columnas. Entraba y salía del tablinum, el triclinium y el oecus acompañado de su guardia personal. Se detuvo frente a unas hornacinas junto a un mosaico de la diosa Ceres y rezó a sus dioses.
Mientras tanto, Nerón, había perdido el apoyo de todas las provincias occidentales y pensó en huir a Egipto. Su guardia pretoriana le negó su apoyo. El prefecto del pretorio Cayo Ninfidio Sabino apeló al Senado para que proclamara emperador a Galba. Los senadores aceptaron la propuesta y declararon a Nerón enemigo de la patria condenándole a muerte el 8 de junio del 68. Nerón se suicidó al día siguiente.
Aquella mañana Galba paseaba por un hortus que había entre la villa y el río cuando un soldado a caballo apareció por la orilla. Dos soldados de su guardia acudieron a su encuentro. En aquel momento Galva conoció la noticia.
Reunió a su pequeña tropa y cogió de nuevo el camino hacia el norte. Volvió a cruzar el Pilde a la altura del río Seco y cruzando veredas y monte vislumbró a lo lejos el Alto de Castro y la muralla de Clunia. En la ciudad ya conocían las noticias.
El general Sulpicio Galba se autoproclamó emperador muerto Nerón
Clunia adquirió el epíteto de Sulpicia tras proclamarse emperador en ella el general Servio Sulpicio Galba.
Y Clunia, que fue llamada Sulpicia desde entonces, fue la capital del Imperio durante aquellos días antes que Galva volviera a Roma.
Hoy ha sido una de romanos.
Trabajaba en una crónica de San Roque. Hoy es su día. Pero no he preferido publicarla al estar a medias.
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