POR AGUSTÍN DE LAS HERAS MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE VALDEPIÉLAGOS (MADRID).
No me extraña que Octavio fundara esta ciudad para los legionarios retirados.
La tormenta a lo lejos, arreciando el viento… Me sentía en una gloria deseada.
Como imaginar es gratuito me parecia ver a las tropas del rey leonés Alfonso IX cruzar el puente sobre el Guadiana como lo hiciera en 1230. Siete años después de nuestro Fuero, el del arzobispo Jiménez de Rada. Dieciocho años después que Alfonso VIII pasara a llamarse el de las Navas.
Así he parado de nuevo el tiempo mecido por el viento y con el nublado a lo lejos.
Soy feliz en soledad. Y no admito preguntas.
Siguiendo la calle me he vuelto a encontrar con el Arco de Trajano y antes de flanquearlo, una terraza. Alli he decidido recordar el sabor de Macallan de doce años y he conocido a Carlos. Un profesional que trabaja en un lugar dónde buen comer y buen beber, Sybarit Gastroshop. Tomad nota para cuando vengáis a Mérida.
Ahora os escribo desde la terraza donde he degustado un jamón ibérico cien por cien de bellota, un bacalao en tempura y una tarta de queso que es otro placer no sé si merecido.
Mañana comienza el XLIX Congreso de la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales donde las cenas y las comidas serán oficiales.
Pero lo vivido hoy ya no me lo quita nadie.
Gracias.
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