POR AGUSTÍN DE LAS HERAS MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE VALDEPIELAGOS (MADRID) 

Y miraba a mi alrededor viendo vuestra felicidad en forma de abrazos, risas y alguna lagrimilla.

Y pensé para mi que, había merecido la pena escribir ese pequeño libro escondiendo secretos de un patio y de un colegio.

El tiempo estaba tasado por el colegio y no podíamos estar más de las 19:30. En caso contrario nunca le habría quitado el micrófono a Teresa Macias para que nos siguiera contando anécdotas de tres en tres, y habría viajado de mesa en mesa con el micro porque, no sabéis el placer que me dio escucharos. Me encantó no ceñirnos a ningún protocolo lo que hizo que os percibiera tranquilos, a gusto y como en familia, porque somos una familia.

Os doy las gracias a todos, y así no me dejo a nadie, pero especialmente aquellos que hicisteis horas y horas de viaje para estar en la presentación, y a Alicia, del AMPA, y a Maite, junto a la directora por permitirnos celebrar el acto en aquel comedor. Aunque no habría salido todo tan bien sin la inestimable ayuda de Esther Fernández Galea y Susana Etxebarria .

Las palabras de Guillermo Cánovas tras la presentación de la directora, rompió un hielo de la forma que un buen orador sabe, haciendo participar al público. No voy a descubrir quien es Guillermo, además de gran persona, podéis verlo en los medios. Solo os diré que ha hecho mucho por la defensa de las niñas, niños y adolescentes en este país. Y así ha sido reconocido tanto dentro como fuera.

Y debo agradecer también la presencia de LuisMa Ría, que un día antes había presentado su libro «+300 historias en el Metro de Madrid» acto al que tuve el placer de asistir y conocer a entrañables personas que tendrán su crónica. El manejo de la palabra, su facilidad de comunicación, le hace indispensable en cualquier acto cultural. Por ello, tengo suerte en abusar de su confianza rogándole intervenga en la presentación de mi libro en Valdepiélagos. No LuisMaria, no harán falta gelocatiles.

Y por supuesto, no sé cómo agradecer a Teresa Migoya que con un gran esfuerzo estuvo entre nosotros. Percibi que la gente te quiere y yo no puedo ser menos. Todo mi ánimo para ti.

Os quiero pedir perdón por el poco tiempo que os pude dedicar. Me hubiera gustado charlar con todos y cada uno y aunque os firmé los libros de forma individual y distinta, hubiera querido robaros algún instante más.

De verdad os digo (aunque me gusta más la forma de, «sabes lo que te digo» ) que merece la pena escribir un libro para vivir lo que vivimos ayer.

Al bolígrafo hoy le costaba dibujar un simple trazo. Y la mano para firmar, esta noche, parecía la mano de Chaplin en Tiempos Modernos.

Os doy las gracias de ser como sois.

Sólo puedo deciros que, la vida no seria igual sin todos y cada uno de quienes estuvisteis ayer viviendo esos instantes y dejándoos vivir por quienes estaban junto a vosotros.

Es muy fácil para mi el querer como os quiero.