POR ÁNGEL DEL RÍO, CRONISTA OFICIAL DE MADRID Y GETAFE
Primarias es el nombre que envenena los sueños de muchos aspirantes a ser, o a seguir siendo, algo en esto de la política. Para unos es la expresión máxima de la democracia interna; para otros, una manera más de elegir a los candidatos.
En el PSM se ha decidido abrir un proceso de primarias, pero sin cafeína, ni azúcares añadidos, unas primarias light, para controlar el peso político de algunos. Hasta hace poco, Tomás Gómez era partidario de abrir esta consulta a los simpatizantes en general; ahora, el líder de los socialistas madrileños sigue pensando lo mismo, salvo para Madrid, donde sólo estarán abiertas a los afiliados. Jaime Lissavetzky anuncia, que no concurrirá a las municipales.
En el PP también habrá primarias, o algo parecido, pero sólo podrán votar a los candidatos Rajoy y Cospedal, mientras Aguirre y Cifuentes abogan por cambiar los estatutos del partido para que pueda haberlas de verdad. En Izquierda Unida habrá primarias buscando a Willy (¿Meyer?), o a quien esté dispuesto a comerse el marrón del monstruo de Podemos, a cuyo desarrollo han contribuido, y que puede condicionar las ganas de presentarse para ser candidato al fracaso que viene. Supongo que también las habrá en Podemos, aunque con Iglesias hemos topado, y ya se empiezan a guardar las apuestas en Monedero propio. Y en UPyD ¿qué puede ocurrir? Presumo que, primarias con suspense, porque la posibilidad de subir en votos, hace que se despierten pasiones indescriptibles.
¡Ay primarias!, qué tienes nombre de mujer.