El Archivo Histórico del Estado de Zacatecas, según el Consejo Internacional de Archivos, tiene la categoría y valía de Archivo Nacional porque en sus acervos contiene una gran cantidad de documentos de autoridades del virreinato de la Nueva España y del Gobierno federal, así como de muchos estados de la República Mexicana.
Uno de los documentos más valiosos e interesantes (por esta razón se guarda en el Fondo Reservado) es el Edicto de excomunión que el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición emitió contra el cura Miguel Hidalgo y Costilla, un día como hoy, 24 de septiembre pero del año 1810, tras los hechos ocurridos en el pueblo de Dolores, Guanajuato, una semana antes.
Un ejemplar de ese edicto impreso en papel de algodón y firmado por el obispo de Valladolid (hoy Morelia), Manuel Abad y Queipo, quien excomulgó («excomunión mayor» ipso facto incurrenda) a Miguel Hidalgo, Allende, Aldama y Abasolo por sacrilegio y por haberse dado a las armas mediante una larga y apasionada arenga. Ese edicto fue clavado en las puertas de la catedral de esa ciudad y posteriormente se envió un ejemplar a las provincias de la Nueva España, entre ellas, la de Zacatecas.
En virtud de ello, un ejemplar llegó a nuestra ciudad… en la misma, donde despachaba como encargado de la oficina de Correos Ángel Avella, el mismo que unos meses más tarde se convertiría en el juez de Hidalgo, durante el proceso que se le siguió en Chihuahuas, tras su captura y cuyo veredicto fue fatal.