POR MANUEL GONZÁLEZ RAMÍREZ, PRESIDENTE DE LA FEDERACION DE ASOCIACIONES DE CRONISTAS DE MÉXICO
Un pintor novohispano que dejó un gran legado en tierras zacatecanas y que hoy forma parte del Museo de Guadalupe, antiguo Colegio Apostólico de Propaganda Fide de Nuestra Señora de Guadalupe de Zacatecas.
Me refiero a José de Ibarra y de quien les comparto su autorretrato del siglo XVIII. Fue uno de los artistas de las famosas “pinturas de castas”.
Nació en Guadalajara de la Nueva Galicia, en 1688 y falleció en la Ciudad de México, en 1756. Fue discípulo de Juan Correa y recibió la influencia de Cristóbal de Villalpando y de Juan Rodríguez Juárez. Fue uno de los más famosos y prolíficos pintores del virreinato.
Cultivó, sobre todo, la pintura religiosa, centrada en la catedral de México. Para la catedral de Puebla realizó conjuntos como el formado por La Inmaculada, La Asunción, La invocación de María por Jesús Niño y la Adoración del Santísimo Sacramento, situadas en torno al coro. Para la catedral metropolitana de México hizo, entre otras, las pinturas del retablo de la capilla de la Purísima Concepción. En la capilla de San José, del noviciado jesuita de Tepotzotlán, se encuentran el Patrimonio de san José, el Tránsito de san José y La huida a Egipto.
Toda su vida profesional estuvo marcada por el interés en participar junto a sus compañeros en todas aquellas iniciativas dedicadas a proteger los componentes intelectuales del arte de la pintura. Esto le llevó a formar parte de una academia de pintura organizada por los hermanos Rodríguez Juárez y a colaborar con Miguel Cabrera en todas sus iniciativas relacionadas con este tema.
Realizó varias obras para el Colegio Apostólico de Propaganda Fide de Nuestra Señora de Guadalupe de Zacatecas (actual Museo de Guadalupe), entre ellas, las imágenes que les comparto en esta ocasión: Las bodas de Caná, Descanso en la huida a Egipto, San José y los Corregidores de Zacatecas, y Santa Catalina de Alejandría.