CHARLA-CONFERENCIA IMPARTIDA POR EL CRONISTA OFICIAL DE LEGANÉS, JUAN ANTONIO ALONSO RESALT, EL PASADO DÍA 8 DE DICIEMBRE EN EL ACTO DE CELEBRACIÓN DE LA IMPLANTACIÓN DE CRUZ ROJA EN ESTA CIUDAD DE MADRID
Se cumplen ahora los cuarenta años efectivos de la Fundación en Leganés de la Agrupación de Voluntarios de la Cruz Roja en Leganés.
Y recuerdo aquellos años 70 del siglo pasado, largos en los que nos encontrábamos en las calles de Leganés a los voluntarios y voluntarias vestidos de enfermeras y de militares, con sus brazaletes blancos y la cruz en rojo, siempre en cierta época del año, portando sus huchas o cestitas en la mano para la cuestación.
Y regalando sus horas de ocio y banderitas para los coches, banderitas con un alfiler para las solapas o insignias de metal que te colocaban con una sonrisa o una pegatina por tu generosidad. Recuerdan aquella vieja película de la Chicas de la Cruz Roja?
Las mesas de la cuestación se solían colocar en Leganés en la calle, preferentemente los domingos a las puertas del Ayuntamiento de la Plaza de España y en sitios estratégicos como la salida de misa de la parroquia de EL Salvador.
Eran aquellos años en los que los voluntarios vestían como militares, su gorro de plato, sus manoplas blancas y unos cordones colgados en la americana desde el hombro al pecho. Con el brazalete de color blanco y la cruz en rojo.
Pero detrás de toda esta fiesta urbana, estaba la ingente y cada vez más importante labor de los voluntarios que donaban sus horas de descanso y ocio para atender a los mas necesitados, para atender a los heridos en accidentes.
El año que yo llegue por primera vez a Leganés era octubre de 1970 y apenas había muchos coches y mucho menos atascos.
Pero todos aquellos automóviles que existían, los SEAT Seiscientos, los 1500, los Gordini, las camionetillas de reparto, las motos, algún que otros carro con su mulilla, o los taxis negros con su raya roja, los autobuses de la Empresa Martín, o las camionetas que se cedían el paso en el puente del Arroyo Butarque, porque no había sitio para cruzarlo dos automóviles a la vez, si que producían accidentes y de los grandes. Y allí siempre acudía una ambulancia de la Cruz Roja.
De esos años setenta recuerdo a los voluntarios de Cruz Roja de Leganés en su puesto de socorro (ahora desparecido) a la entrada del pueblo en la carretera de Carabanchel, frente a las obras del nuevo barrio de Zarzaquemada que se levantaba en medio de nada, y cerca de lo que ahora conocemos como el parque de la Chopera.
Recuerdo igualmente, su camilla y su trabajo voluntario en la celebración de los partidos de fútbol del CD Leganés en el antiguo Campo de fútbol del C.D. Leganés, Luis Rodríguez de Miguel, y su atenta atención a los heridos y enfermos que se producían en el término municipal.
Cada día ese trabajo fue a más para atender a heridos y enfermos. Incendios, accidentes, traslados.
Creo que como tantos otros vecinos soy un privilegiado porque he visto crecer poco a poco a La Cruz Roja en Leganés, sintiéndome protegido, primero en ese puesto de Socorros de la carretera carabanchelera, luego en la otra sede de la Plaza de Emilio Simón, o en el edificio del paseo de Colon y esos lugares por donde han pasado.
Hoy nada tiene la Nueva Cruz Roja de España en Leganés con aquellos difíciles y heroicos principios de los años setenta. Son mucho mejor.
Pero esta tarde además, les quería contar que esta Fundación de Cruz Roja en Leganés de hace 40 años tiene un épico prologo, un desconocido antecedente hace 80 años, porque desde 1936-37 ya actuó y trabajó Cruz Roja España en nuestra ciudad.
Bueno en 1936, Leganés no era una ciudad, éramos un pequeño pueblo agrícola y hortelano de apenas 3000 vecinos que estaba sacudido por la guerra civil y el enfrentamiento entre hermanos.
Las autoridades de Cruz Roja Internacional deciden elegir un lugar para instalar un hospital que llamaban de sangre a finales de 1936, principios del 37. Y fue un lugar ni más ni menos que todos conocemos.
El seminario Menor de los Padres agustinos, de Los Frailes. Allí estuvo Cruz Roja España buena parte de la Guerra civil, hasta que los verdaderos propietarios del lugar, los frailes agustinos de El Escorial volvieron a las aulas y a su vida cotidiana.
En Leganés se acumulaban en plena guerra civil enfermos, heridos de la guerra, menores huérfanos o abandonados, personas mayores desamparadas, y a familias sin recursos.
Era la directora general de esta institución, la Duquesa de la Victoria, Carmen Angolitti y Mesa, jefa de los hospitales de Cruz Roja desde los años 30 hasta bien pasados los 59.
Angolitti fue dama enfermera, voluntaria de Cruz Roja Internacional, fue amiga y confidente de la reina Victoria Eugenia en Italia.
Pero sobre todo fue una heroica mujer que supo salirse del lujo de los palacios y mansiones. De las comodidades que su posición social le brindaba para dedicarse por entero a la diaria labor de atender enfermos, heridos y necesitados.
Carmen Angolitti preparó primero un gran hospital en Melilla para atender a los soldados españoles heridos en las guerras de Marruecos, luego otro en Málaga, en Cádiz, y en Madrid.
Poniendo en peligro muchas veces su propia vida. Era la nieta del General Espartero. Y atendió el hospital de Leganés como presidenta general de Hospitales de Cruz Roja España como uno de los muchos hospitales que dirigía con total y absoluta profesionalidad.
También atendió Cruz Roja España a heridos de guerra en el Psiquiátrico de Santa Isabel que dirigía Antonio Martín Vegué y en las clínicas medicas “San Antonio” de los doctores José María Moreno Rubio, y Aurelio Mendiguchia Carriche. Los tres llegaron a ser alcaldes de la localidad, de la que eran los médicos de medicina general.
En sus memorias Antonio Martín Vegué que ejercía de médico desde 1912 en Madrid, Navarrevisca (Ávila) y Santa Olaya (Toledo) y desde 1923 en Leganés cuenta que aquí “se curaron cientos de heridas del cuerpo, del corazón y del alma”.
Cruz Roja España cumplía con las órdenes y reglas de los fundadores en España de esta institución internacional como fueron Nicasio Landa y Joaquín Agulló.
En Leganés también estuvo presente para abrir y acondicionar este improvisado hospital cuentan que Fernando Suárez de Tangil, el Conde de Vallellano que fuera alcalde de Madrid en la época de Primo de Rivera y ministro de Obras Públicas mas tarde. Llego a ser el máximo responsable de la Cruz Roja en España hasta 1940.
Sus cuatro hijas, se nombran en los documentos del Archivo de Salamanca y de la propia Cruz Roja en Leganés, Concha, Dolores, María Luisa y Socorro como damas enfermeras de la Cruz Roja en este improvisado hospital…
Y se nombran las visitas de Marcel Jurod director general del Servicio Medico de España de la Conferencia Internacional de la Cruz Roja, puesto que abandonó en 1940.
De otro archivo, el militar general de Ávila he encontrado documentos que hablan de la petición a los máximos responsables desde Leganés de necesidades urgentes del Hospital de Leganés para poder atender mejor a los enfermos y heridos. Pedían medicinas, apósitos, vendas, material quirúrgico, camillas.
Aquí se atendió las necesidades más básicas de la mitad de los habitantes de un pueblo de Toledo, (Santa Olaya) que habían huido de los combates de la guerra, y eran atendidos como refugiados en esta institución. Con comida, medicamentos y mantas.
En ese archivo se habla de las fichas del personal de Cruz Roja en Leganés, de los expedientes clínicos, los partes de defunción, los ingresos y altas, los tribunales médicos, los reconocimientos. Petición de materiales y medicinas. ¿Y porque en Leganés?
La situación de emergencias sanitarias en los últimos meses de 1936 vivida en Madrid llevo a cabo la evacuación de centenares de miles de heridos y enfermos a muchos hospitales improvisados como al de los Frailes en Leganés, el de Getafe, Pinto o Griñón.
El Consejo Provincial de Madrid de Cruz Roja realizó un acuerdo de hospitalidad con la Diputación madrileña y los responsables municipales de Leganés que eran sus médicos generales para instalar y atender a enfermos y heridos en ese edificio, solitario y abandonado por los Frailes agustinos.
Se habilitó con rapidez el seminario de los agustinos que tenia amplios dormitorios de camas para casi 80 seminaristas que hasta abril o mayo del 36 habían vivido allí, y se instalaron hasta casi 100 camas para atender heridos.
Cruz Roja de España instaló varios quirófanos y trasladó a cientos de heridos que eran atendidos por profesionales y damas enfermeras voluntarias.
Gente del campo, niños huérfanos, ancianos abandonados o solos, eran otras personas accidentalmente atendidas. Poco mas sabemos de esta institución, salvo por los archivos militares y de la propia Cruz Roja Española
Solo conocemos que, desde 1940 cuando vuelven a instalarse los agustinos, dueños del seminario de los Frailes, se inicia el desmantelamiento de este hospital donde trabajaron afanosamente médicos, enfermeras, asistentes, y voluntarios de la Cruz Roja para atender a los más necesitados.
Este prologo del intenso trabajo de cuarenta años de Cruz Roja en Leganés se puede apreciar en un libro “El árbol de la vida. La Cruz Roja en la guerra civil española” de Josep Carles Clemente. Una historia que recibió el premio literario Espejo del año 1989.
Antoine de Saint Exupery, el escritor de El Principito dijo una vez “la guerra es una grave enfermedad de la humanidad que produce graves consecuencias”. Y dos apuntes más. El primero:
Uno de los primeros oficiales de Cruz Roja en España por oposición fue Francisco Domínguez Felipe, alférez provisional de Infantería perteneciente al Regimiento de Infantería número 42 de guarnición en Leganés.
Y segundo: Según el BOE del 28 de noviembre de 1937, las primeras damas enfermeras condecoras por Cruz Roja España por su dedicación y valor, fueron 16 enfermeras voluntarias del Hospital de Leganés.
Con apellidos como Barruela, Gárate, Santos, Urie, Cañal, Sopelana, Ibañez, Goeña, Sainz, Navascués, Coello, Cavero, Bandrés, Urpiola, Fernández y Llamas.
La importante experiencia adquirida por Cruz Roja España en estos momentos de guerra, y en la intervención de desastres como incendios, inundaciones, accidentes de todo tipo y heridos hace que la organización crezca y se haga más grande, más fuerte y más voluntaria.
En los setenta en toda España Cruz Roja completan la red de puestos de socorros o de primeros auxilios que muchos hemos conocido, que responde al avance y expansión de las comunicaciones por carretera que se produce con el aumento del parque automovilístico y por consiguiente en el aumento de los accidentes de tráfico.
Como pueden apreciar, se acaban de cumplir cuarenta años de la historia de Cruz Roja en Leganés, de la propia historia de muchos vecinos de nuestra ciudad que han apoyado y pertenecido a esta institución. Y que ahora recordaremos.
Solo quería recordarles que esta casa La Cruz Roja de Leganés, tiene uno excepcional prologo de cuarenta años más, de solidaridad, de colaboración, de voluntariado y de ayuda a los más necesitados, enfermos y heridos. Esto es todo, a todos, enhorabuena. Muchas gracias.