POR JUAN CÁNOVAS MULERO, CRONISTA OFICIAL DE TOTANA (MURCIA)
Al aroma de las esencias con que concluía el año 2015 y en el contexto de las celebraciones en honor a la patrona de la ciudad, santa Eulalia de Mérida, tuvo lugar en Totana la presentación de Cuadernos de La Santa, una cualificada publicación que, al amparo de La Fundación La Santa, se hace presente, desde el año 1999, en la realidad de la población. Se recoge en ella, no sólo el fervor, la piedad y el hondo cariño que los totaneros le profesan a su Patrona, a cuya custodia surge esta edición anual, sino también la naturaleza de su historia, acercando al presente estudios, investigaciones, reflexiones, realidades, proyectos e ilusiones del quehacer del municipio y de sus gentes. Se trata de un trabajo a todo color y cuidada edición que supera las 264 páginas, compuesto por más de una treintena de artículos de otros tantos colaboradores y un bagaje fotográfico de especial valía.
Principal apartado de esta revista es aquel en el que se refleja la fe e historia de la devoción a la mártir emeritense y la significación de su Santuario, iniciándose con una aportación que cuestiona la tradicional implicación asignada a la Orden Militar de Santiago en la llegada de la devoción a santa Eulalia en Totana, así como una detallada exposición sobre las rogativas en petición de auxilio a la Patrona, reclamando, sobre todo, el agua. Completan la sección el cotejo de las labores de restauración llevadas a cabo a partir de 1939. Coronando la unidad varios relatos y poemas de inspirada naturaleza lírica, de expresivo y emocionado contenido.
Conformando el grueso del volumen encontramos un elocuente conglomerado centrado en el análisis e investigación de diferentes momentos de la trayectoria histórica de la localidad, ofreciendo al lector visiones sobre las luchas y pleitos por la jurisdicción santiaguista frente al Obispado, sobre el patrimonio generado por la explotación y aprovechamiento de sus recursos hídricos, por el testimonio misionero de algunos de sus hijos, ejercido en el siglo XVIII en tierras filipinas, así como un vibrante itinerario por sus tradiciones, volviendo la mirada, desde el rigor y la ciencia, hacia yacimientos prehistóricos de especial trascendencia, como son los de La Bastida y Las Cabezuelas.
Desde un riguroso trabajo de campo se muestra la memoria sobre las perspectivas y esperanzas que se forjaron en la ciudad en los años de la transición hacia la democracia. Una emocionada y vibrante exploración sobre el valioso legado cultural y etnográfico de la Sierra de Espuña, junto a comentarios literarios sobre el poeta local Emilio Mora y la obra de Albert Camus, dan contenido a este capítulo final.
El acontecimiento congregó a un nutrido grupo de vecinos y en él se pudo disfrutar de la actuación musical del coro san Agustín de la vecina villa de Aledo, interpretando una serie de composiciones dedicadas a santa Eulalia y a su Santuario.
Fuente: http://www.laopiniondemurcia.es/