POR PEPE MONTESERIN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Soy arquitecto técnico, una carrera más que de humanidades para humanidades, de momentos flectores, donde las letras suelen ser griegas e incógnitas; no soy filólogo pero me ofende escuchar que se celebra, por ejemplo, el cuarenta aniversario del grupo Prensa Ibérica, en vez de cuadragésimo; como chocante resultaría escuchar “dos aniversario” cuando ha de decirse segundo, o “quinientos” y no quingentésimo.
También me disgustan esas bodas de plata que ponen 25 aniversario y no 25º, es decir, vigésimo quinto.
Sé esto porque hice Bachiller por ciencias, escogí números y, sobre todo, estudié Primaria en Las Mercedes, en Pravia, donde doña Lourdes y doña Pura me enseñaron los cardinales, uno, dos, tres… (1, 2, 3…) y los ordinales, primero, segundo, tercero… (1º, 2º, 3º…). Vuela por ellas al Cielo este billete; aunque, comparado con el infinito, cualquier número vale cero.
Fuente: https://www.lne.es/blogs/la-mar-de-oviedo/cuadragesimo.html