DETRÁS, LA DEDICACIÓN INCANSABLE DEL ACTUAL CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD, NÚÑEZ-VARELA Y LENDOIRO, Y DE LOS BAILADORES Y LOS MÚSICOS, QUE SE ENTREGARON SIN COMPLEJOS A LA RECUPERACIÓN DE LAS COREOGRAFÍAS, LOS RITMOS Y LA INDUMENTARIA HISTÓRICOS, PROPIOS DEL XVI
Ávila, 12 de octubre de 1970. Las danzas gremiales, interpretadas por voluntarios de la OJE (Organización Juvenil Española) de Betanzos, obtienen el Premio Nacional de Danza de España.
Esta semana se cumplieron 45 años de aquella gesta, a la que siguieron la representación española en el International Arts Festival for Young People en el Queen Elisabeth Hall, en 1977, el reconocimiento mundial en el Festival de Melgaço, en Portugal, o la actuación ante Juan Carlos I, entonces Príncipe de España, ambas en 1973. Detrás, la dedicación incansable del actual cronista oficial de la ciudad, Núñez-Varela y Lendoiro, y de los bailadores y los músicos, que se entregaron sin complejos a la recuperación de las coreografías, los ritmos y la indumentaria históricos, propios del XVI.
Primero dinamizaron la del Gremio de Labradores, acogido a la Cofradía de San Antonio y sede en la iglesia de Santiago. Camisa blanca de lino, faja de color, calzón de paño negro o azul oscuro con botones dorados, medias blancas sujetas con ligas rojas y sombrero negro, flexible, guarnecido con una cinta también roja –triple y plisada, cubriendo toda la copa, la del jefe– de acuerdo con la documentación recogida en su día por la OJE.
La de los marineros, célebre en todo el país por su vistosidad, acogida a la Cofradía de San Miguel, tiene su sede en el templo de Santa María do Azougue. En su caso, la camisa es blanca y debe ir almidonada, y del mismo color son el pantalón y las alpargatas, mientras que el pañuelo, la faja son rojas, como la bandera que ondean por las calles de Betanzos. De la boina, del mismo color, cuelga una gran borla, que puede ser blanca, la del guía; azul, la del contraguía, o verde, la del resto de los danzantes, que llevan el nombre de San Miguel y de O Azougue por toda España.
En la actualidad, ambas coreografías son interpretadas por Xóvenes do Pobo. La de los marineros, de los mareantes y de los arcos, en cada día de fiesta, y la de los labradores, con menor frecuencia pero con la misma precisión y entrega, convencidos de que en los movimientos de sus pies y de sus manos reside parte de la historia de Betanzos.
Las crónicas revelan la existencia de las Danzas de Alfaiates y Zapateros, recuperadas en los 80 y los 90 por la Agrupación Pasiño a Pasiño, pero sin presencia en este momento en el programa de fiestas, ni en las patronales de San Roque ni en la Feira Franca Medieval. En cualquier caso, el objetivo de los distintos colectivos implicados en el proceso pasa por recuperarlas, a corto o medio plazo, para Betanzos.
Fuente: http://www.elidealgallego.com/