POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ. CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
Revista La Moraleja, número 75
Juan Pedro Molina Muñoz. Bastantes años más tarde, por el año 1958, la Guardia Civil de Villanueva recibió un comunicado de la Embajada Francesa pidiéndole que se pusiera en contacto con la familia para poder solicitar las ayudas, por fallecimiento de mi abuelo en un campo de concentración alemán.
Cuando mi abuela empezó a cobrar la pensión dejó de trabajar, pues así se lo imponían, algo que por otro lado no le importó, pues la pensión al recibirla en marcos alemanes era mucho más elevada que la que se cobraba en España.
Vivió en Leganés y visitaba con frecuencia a mi padre. Siempre nos hablaba de mi abuelo y nos contaba sus recuerdos,… lo describía como “muy presumido, bastante alegre y que le encantaban las fiestas y sobre todo el baile”.
Mi abuela Paula falleció en Leganés en el mes de Marzo de 1994, había nacido el 15 de diciembre de 1912, sus padres fueron Miguel López García y Encarnación López Campos, domiciliados en la plaza Puerta Umbría.
De los familiares de mi abuelo, tras la guerra, José fue desterrado a trabajos forzados a la sierra de Granada y allí falleció. Mi tío Cristóbal, que llegó a ser Coronel en el ejército republicano, sufrió el destierro en la provincia de Sevilla para la construcción de un pantano, gracias a la intervención de un oficial nacional, amigo suyo.
Vivió en Camas (Sevilla) y mantuvimos una excelente relación, hasta su muerte, por la cercanía de nuestras localidades. Tuvo un hijo que se llama Juan Molina. Mi padre, por otra parte, se trasladó a Extremadura. Murió hace unos diez años, y nosotros somos tres hermanos, Juan que vive en Monesterio (Badajoz), Pilar vive en Esquivias (Toledo) y yo en Llerena.
Tanto mi madre como mi tía nacieron en Villanueva, pero apenas han ido al pueblo. Mi madre vino conmigo a Villanueva, junto a mi mujer y mis tres hijos, hace unos años. Fue un regalo para su cumpleaños, pues tenía muchas ganas de ir y siempre recuerda que ni mi tío ni mi padre volvieron, a pesar de desearlo”.
Desde Tamarite de Litera, Tomás Pinel, nos dice sobre los recuerdos de su tío-abuelo: “Cuando le he preguntado a mi madre sobre su tío Juan Pedro, me dice que cuando ella nació, en plena guerra civil, Juan Pedro ya no estaba en el pueblo.
Pasados unos años recuerda que le preguntaban a su tía por su marido y ella le respondía que se había ido a la guerra. Mi madre a fecha de hoy cree que su tío Juan Pedro murió en la cárcel en Francia. Me dice que en los años de su infancia este era un tema tabú (supongo que mi tío estaría en el bando republicano).
El 20 de agosto de 1940, salió desde el campo de refugiados de Angulema el primer convoy de deportados, llamado Convoy de los 927, a un campo de concentración. Montaron a los españoles en un tren, sin indicarles donde los llevaban. Iban familias completas. Tras cuatro días de viaje llegaron al Campo de concentración de Mauthausen, allí bajaron a todos los hombres y jóvenes mayores de 14 años; el resto inició el retorno a España donde fueron entregados a la policía española en la estación de Hendaya.·
De la llegada, el camino desde la estación hasta el campo de concentración, el recibimiento con la rasuración en la totalidad del cuerpo, las duchas con agua helada, los desinfectantes con los que eran rociados y la entrega del uniforme de rayas blancas y azules, debían de sufrir un periodo de aclimatación.
Tras un corto periodo en este campo de concentración con trabajos agotadores, -se citan en todas las publicaciones la cantera de piedra y los 186 escalones que debían subir en fila cargados con una piedra de unos 10 Kg., episodios de muerte en este caminar nos lo reflejan a menudo- ínfima alimentación, ropas inapropiadas para el rigor climático, hacinamiento, escasez de higiene, epidemias y nula atención médica, eran trasladados a la sucursal de este campo de concentración, a Gusen.
Allí destinaban a los que les quedaban pocos meses de vida, y se preocupaban de que fuese lo más corta posible.
Juan Pedro es transferido al Komando de Gusen, el 24 de enero de 1941 y le adjudicaron el número 9453; en el registro lo inscriben como agricultor y le adjudican otro nuevo número, el 4126.
Había prisioneros de diferentes nacionalidades, judíos, polacos, españoles. Se identificaban con colores y letras en sus ropas. Los españoles llevaban un triangulo azul de apátridas y una S de Spanier-en el centro del triangulo.
También se les llamaba rotspanien (rojos españoles). Juan Pedro fallece en el campo de concentración el día15 de noviembre de 1941, a las 9.10 horas. Fue el primer muerto villanovense en los campos de concentración.
Días de muerte para los españoles. En este espacio de tiempo fallecieron casi una treintena de ellos. Mi pregunta es qué motivó tantas muertes en tan poco tiempo.
Tal vez los traslados a los hornos de Mauthausen instalados como medio de aniquilación, tal vez inyecciones letales, el sufrimiento, el dolor extremo para morir.
Juan José Román Aibar En la partida de nacimiento está inscrito el día 4 de febrero de 1908. En la información que hemos leído, procedente de los archivos franceses, aparece con los apellidos de Eibar, o Ibar. Escriben dos fechas erróneas, el 9 de Septiembre de 1909 y el 23 de octubre de 1910, incluso ubican su nacimiento en Úbeda y su residencia en Villanueva del Obispo.
En nuestras primeras investigaciones encontramos que Juan José falleció en noviembre de 1908. ¿Tendrían sus padres otro hijo posterior y le pusieron también el mismo nombre? En la relación de llamados quintas en 1930, figura Juan José Román Aibar, registrado en el libro de la parroquia de Jesús del Monte y nacido el 23 de octubre de 1909, en el sitio de Linarejos.
Ya en 1930, la familia se ha trasladado a Beas de Segura y vive en la calle Toledillo. Conocemos que la familia tuvo otro hijo, Juan Antonio Román Aibar y que nació el 25 de enero de 1911, en la ermita de la Hoz, hijo de Juan Román y María Fuensanta Aibar. Su fallecimiento se produce en Malgrat del Mar, el 21 de octubre de 1978.
No he podido localizar familiares antela dificultad de ser una localidad turística. Sus padres son Juan Román, jornalero de 35 años en la Cañada de la Madera, natural de Iznatoraf. La madre es María Fuensanta Aibar de 24 años y de Villanueva del Arzobispo. Los abuelos paternos son José Román y Ceferina Martínez y los maternos
Manuel Aibar y María Martínez. Buscando información sobre su llamada a quintas, es convocado en el año 1930 para ir a cumplir el servicio militar, Juan José Román Aibar.
Justifican que vive en Beas de Segura, en la calle Toledillo, de manera accidental, por lo que cumplirá con sus obligaciones militares desde aquella localidad. Será en esta dirección donde su madre, Fuensanta recibirá la notificación, comunicándole su muerte y el derecho a percibir una pensión, pero ella ya reside en la calle Vista Alegre de Beas de Segura.
Del archivo de Caen, ciudad de la Baja Normandía, en Francia, recibimos variada información en una ficha de color rojo, escrita con el cuestionario francés. Fue capturado el día 21 de mayo de 1940 en Amiens, parece que se había alistado en la Legión Extranjera. Es
Trasladado al campo de concentración VII A el día 11 de julio de 1940con el número 40599, y posteriormente al campo de Melg 176 del XIII A.
Más tarde es transferido a Mauthausen el día 5 de agosto de 1940. Entre los apresados en Amiens figuran, según la página del listado que abarca del número 40594 al 40601, además de José Román, Ramón Martret y Emilio Andrés Diez, de Barcelona, Rufino Castillo Castro, de Rivaforada, Antonio López Vicente, de Las Torres de Cotillas, Juan Serrarols, de Manresa, Cipriauz Jorad Vidal, de Gerona y José Aguilera López, de Almería.
Aparece su nombre también, en una publicación del Centro Nacional de Información sobre los prisioneros de guerra, editada en París con fecha 2 de diciembre de 1940. Es un listado oficial número 47, de prisioneros franceses, según las autoridades alemanas. En este listado, por orden alfabético, en la letra A, aparecen gran parte de nombres norteafricanos.
En la letra R, página 56, aparece Román Eibar, José. 23-10-09-Úbeda. St. VII A. (nombre del campo de concentración citado anteriormente). En un listado realizado en febrero de 1941, el folio 7 se inicia con presos polacos, y en el 17 se inicia con Román Aibar, José y dos números 3441 y 40599.
El 31 de agosto de 1941, es trasladado al campo de Mauthausen con el número 6048 y posteriormente al de Gusen. En la ficha personal, mide 1.64 m. de estatura, color de pelo negro, profesión jornalero y heridas en ambas piernas, y de estado de salud, enfermo. Pocos días permaneció vivo en Gusen, pues falleció en diciembre de 1941, a la una y diez minutos de la madrugada.
Fue el segundo español fallecido en los campos de exterminio. Algunos documentos adelantan la fecha al mes de noviembre, en que mueren, es decir son asesinados, numerosos andaluces, entre ellos el que pudo ser su compañero en Gusen, Juan Pedro Molina Muñoz.
Otras formas de morir de los internos en estos campos de concentración fueron los chorros de agua helada durante la noche y quedando a la intemperie, los gaseamientos preparados para ello y llevados a los hornos del crematorio de Mauthausen, lanzarlos contra las alambradas electrificadas para la electrocución fulminante o las inyecciones en el corazón.
En las memorias de los que lograron sobrevivir, destacan su rechazo total para acudir a la enfermería debido al miedo de que les inyectaran una dosis de gasolina, lo cual provocaba una muerte rápida y letal. Al entrar en el campo, se les decía una máxima: “Todo el que entra en este campo, sale por la chimenea”. Sin palabras.
(Continuará)