POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)

Empujado por mi apellido me tiré al monte y es mi obsesión hilarlo con Oviedo para este artículo local, cumbre de mi prosa. El domingo caminé con el ovetense Grupo San Melchor cuyo recorrido circular, desde Caldas de Luna, donde nos llevó un ALSA, queda descrito con las ocho cumbres holladas: Cabra, Genestosa, Los Estribos, Los Bueyes, Peña la Silla, Cirbanal (2.077 m.), por el Collado de Buéis al Alto de la Silla y por la Collada Pincuejo a Carva la Espina, la octava pica, para bajar de cabeza al Balneario. Al empezar me preguntaba qué haría el chófer ocho horas sin nosotros; ¿comer en la gasolinera, jugar al mus y siesta en el bus? Pues no; cuando trepábamos por las crestas nos adelantó corriendo, hizo todas las cumbres y nos esperó abajo, bien uniformado, para traernos a casa. ¿Te llamas Fromestano?, ¿eres de Oviedo?, pregunté esperanzado. “No, mi nombre es Alberto Martín y soy de Béjar”. Es lo que hay.

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