POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA
En este momento el mundo rural está en primera línea de la opinión pública, junto al programa político que este año nos espera, pero el campo sigue ofreciendo esas curiosidades propias de una geografía rica y variada, aunque ahora como la geografía no interesa o queda reducida al fin de semana, estamos perdiendo esa relación que determina con enorme claridad cómo somos, porque la relación con nuestra geografía es real e inalterable.
Hoy siguiendo nuestro diario nos vamos a perder en la Sierra de la Culebra a través de unos curiosos datos que nos proporciona sobre el municipio de Riofrío y dos de sus anejos Abejera y Sarracín, con motivo de la concentración parcelaria, llamando poderosamente la atención el número de fincas concentradas que abarcaba la respetable cifra de 14.480 en Abejera y la de 16.721 en Sarracín, fenómeno que se extiende por todo el Norte y Oeste de nuestra provincia y del que podemos llegar a conclusiones muy variadas, significativas e importantes.
Veamos, Abejera cuyo término de 1.891 hectáreas se hallaba dividido en 14.480 fincas, es fácil hallar la media de superficie de cada una de esas fincas, a cuyo minifundio se ha llegado al cabo de generaciones tras generaciones y en cada una de ellas la huida de su mundo ha sido la única solución, con sus variantes y aceleraciones en los distintos periodos que les ha tocado vivir.
La labor de los equipos de concentración es de tal categoría que merece toda clase de atenciones y aplausos -siendo su lucha doble, la de la geografía y los peticionarios-. Pero ha llegado a nuestras tierras demasiado tarde a pesar de llevar trabajando más de medio siglo, pero cuando miramos el mapa de nuestra Europa nos encontramos que este fenómeno va a celebrar el siglo de su labor en los campos, seguimos marchando detrás.
Este minifundismo de nuestras tierras me trae a la memoria en este año tremendamente electoralista el mismo fenómeno del minifundismo pero en este caso aplicado a la política, en ese constante partir y repartirse partidos, que brotan como los hongos.
Recuerdo aquellas célebres elecciones del 15 de junio de 1977 que ofrecieron la oportunidad de elegir entre 216 partidos políticos, según consta en una primera de nuestro periódico de aquellos días; posiblemente y ya que de minifundismo tratamos sería conveniente preparar buenos equipos de concentración en este caso de partidos para ponernos al día respecto a esa Europa en la que estamos, pero tengo la impresión de que todavía no hemos llegado.
Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/