POR ALFONSO ROVIRA MARÍN. CRONISTA OFICIAL DE ALZIRA (VALENCIA)
Y luego no se oyó otro ruido, sino un son de una suave y concertada música formada, con que Sancho se alegró y lo tuvo a buena señal; así dijo a la duquesa, de quien un punto ni un paso se apartaba: Señora, donde hay música no puede haber cosa mala. —Quijote, parte II; cap. XXXIV—
Que vedad es que “donde hay música no puede haber cosa mala”. Lo pueden decir muy alto, in crescendo, los 41 que formaban desde hace más de 26 años, la Agrupación Musical de Veteranos de la Ribera del Xùquer, con los que el que suscribe compartió verdadera amistad.
El templo parroquial de Sant Andreu Apóstol de l’Alcudia, fue escenario de la celebración de una misa conmemorativa en honor de la recién creada “Agrupación Musical de Veteranos de la Ribera del xùquer”. Fue el 6 de octubre de 1995. al mismo tiempo fue bendecida la bandera de la agrupación, de la que fueron padrinos los restauradores de l’Alcudia, Antonio Galbis Doménech y Atalía Olivares, su esposa. La bendición de la enseña corrió a cargo del párroco Arturo Climent, actual canónico de la catedral de Valencia.
Al término de la ceremonia en la iglesia, los músicos y presidencia del acto, ofrecieron un pasacalle, no faltando en esta ocasión la interpretación del pasodoble “Antonio Galbis”
En mayo de 2004, cuando la Banda cumplía la primera década de su formación, el buen alcalde que fue de l’Alcudia, Paco Signes, tuvo el proyecto de publicar un libro donde se recogió la pequeña, pero importante historia de estos músicos, los mejores, porque eran veteranos de mucha actividad musical. Se decía en la “mili”, ya desaparecida, que “la veteranía es un grado”.
Paco Signes manifestaba en una ocasión que “se sentía satisfecho de que los músicos veteranos habían elegido su pueblo, donde siempre ha existido profunda hospitalidad para su sede, ya que eran músicos de toda la Ribera”. La verdad es que en principio, cuando se inició la banda, el alcalde de l’Alcudia fue el que les ofreció un “hogar” para sus ensayos, y allí estuvieron muy a gusto.
Como resultado de la pasión que estos músicos sentían por la música, a la que dedicaron sus mejores años, nació esta agrupación de veteranos de toda la Ribera, quienes bajo la inspiración de Fernando Parrilla, un músico que residió en Alzira -ya fallecido-, que llevó 63 años interpretando el fliscorno fueron incorporándose nuevos elementos que habían pertenecido a las
bandas de los pueblos de esta comarca. Con Fernando Parrilla, desde los inicios tuvieron junto a el, a otro músico, José Arocas, -también desaparecido-. Fueron los que de pueblo en pueblo de nuestra comarca, dando ilusión a los músicos mayores para la formación de la banda de veteranos..
Entonces los mayores contaban más de ochenta años y los más “jóvenes” 75”.
Los veteranos de la música, en su existencia, han sido dirigidos, en primera instancia por el músico carcagentino, Salvador Navarro; después estuvieron José María Alba, Emilio Mateu, José Grau, Rafael Doménech, David Moltó y en la actualidad Oscar Doménech, estando el “paro forzoso”, por los graves acontecimientos que que “somueven” al mundo.
Dentro de sus actividades fueron protagonistas entre otras ocasiones, de clausurar en el Palau de la Música de Valencia, la I y II Sección del Certamen Internacional de Música. Han sido dirigidos por el maestro Enrique García Asensio, en la Casa de Cultura de l’Alcudia; por el Coronel director de la Banda de Rey, Francisco Grau Vegara, en el Gran Teatro Municipal de Alzira, concierto que fue presentado por el que suscribe, quien le manifestaba en aquella ocasión “mi coronel, muchas gracias por venir a Alzira a dirigir a los veteranos de esta bendita tierra, que usted bien sabe, es cuna de músicos”. En otra ocasión rindieron homenaje, bien merecido por cierto, a Ángel Asunción, presidente durante muchos años de la Federación Valenciana de Bandas de Música.
Todos los años, al aproximarse las fiestas más familiares del año, las de Navidad, estos músicos se reunían en su sede, en l’Alcudia, donde su alcalde, acercándose a las bienaventuranzas “dio posada al peregrino”.