POR JOSÉ MARÍA GOLDEROS VICARIO, CRONISTA OFICIAL DE GRIÑÓN (MADRID)
Los efectos en España del terremoto de Lisboa del 1º de noviembre de 1755 a la hora de las diez de la mañana, estando gran parte del pueblo en las parroquias e iglesias y conventos. Dejando los coros y altares los eclesiásticos y religiosos, respectivamente, saliendo a las calles con las sagradas vestiduras y, enterados de su movimiento nunca visto de la tierra. Fueron bastantes los clamores de los padres y de los familiares, unos por otros, pues habiendo acometido a dicha hora su duración de diez a catorce minutos, moverse las torres, Iglesias, y los más fuertes edificios, como si fuesen cipreses afectados de recio viento, todos conceptuaron los efectos de hundimiento y desgracias, que por la Misericordia de Dios Nuestro Señor no sucedieron en esta ciudad ni en su término.(sic)
En los suelos se sintieron movimientos al modo de hervidores, y un ruido continuo, al modo de bramidos sordos y de multiplicidad de coches (de caballos), y los movimientos de los edificios, unos fueron de Levante a Poniente, y otros de Norte al Mediodía. Y las señales que precedieron, aunque no se aplican a que fuesen indicativas de temblor de tierra, son las que enuncia el Comendador de Mercedarios descalzos de esta ciudad en su informe y relación, que paso a mano de V. I., y en lo recio del terremoto y algún tiempo antes fue un recio viento, y turbada la luz del Sol, sin haber nubes intermedias, siendo muchos de sentir que a durar un minuto más lo recio del temblor, no hubiera quedado edificio en pie. Y los destrozos causados, y hasta ahora advertidos, y reconocidos por peritos, son:—En la Parroquial de San Pedro, de fuerte y admirable fábrica bastante daño en machos, arcos, bóvedas, maderas, enyesados y demás partes que componen el todo de la fábrica, y para el reparo y seguridad se hacen precisos muchos gastos.(sic)
En la Parroquial de Nuestra Señora del Prado se reconocen en su suntuosa fábrica, de una nave de grande elevación y correspondiente anchura, bastantes quiebras, quedando maltratada su armadura, quebrados dos de los estribos de la Puerta de la Umbría, y otros dos a la parte del altar mayor, para cuya ermita, y que se mantengan sin ruina de la Iglesia se hacen precisos muchos gastos.(sic).
En la Parroquial de Santiago, el medio cuerpo de arriba de la torre se halla con aberturas y la bóveda, para que no se arruine, necesita mucho reparo, y por haberse hundido un arco de ladrillo de dicha torre sobre el tejado de dichas Iglesias se halla maltratado y con la precisión de repararse.
En el convento de Santo Domingo se descubren grandes quiebras en sus capillas, coro y cuerpo de la Iglesia y su torre cuarteada, los dos cuerpos de ella, y su capitel, y sin repararla, y fortalecerla, no pueden usar de las campanas como antes y sí sólo tocarlas a pulso. En los claustros altos y bajos, en las celdas y demás oficinas se registran muchas quiebras y parte del tejado cayó sobre una de las capillas, causando mucho daño.(sic)
En el convento de San Francisco, se descubren en su Iglesia, capilla mayor y en las agregadas, bastantes quiebras, y lo mismo en las celdas y demás oficinas y por haberse desprendido de la espadaña, o campanario, un remate de piedra, y caído sobre un tejado, causó destrozos.
En la Iglesia de San Juan de Dios quedó tan ruinosa y destrozada, que ha sido preciso desalojarla de los altares y colocar al Santísimo Sacramento en la capilla de la enfermería, y poner los enfermos en su cuarto alto y, además de esto, los cuartos y oficinas no dejan de tener muchas quiebras.
En los Carmelitas descalzos, extramuros de esta ciudad, además de otras quiebras, la de más consideración es el alzado donde está sentada la capilla mayor, porque movidas las cuatro esquinas donde sentaba la armadura cayó sobre los tejados del convento uno de sus lienzos, causando mucho daño, en el colateral claustro, y celdas, y por estar movidos los otros tres lienzos, se hallan apuntalados, y agarrotados, porque con poco movimiento se vinieron a tierra.— En el convento de religiosas Carmelitas descalzas, se descubren algunas grietas en él y la mayor en la media naranja o linterna de la capilla mayor, que por el gran quebranto de todos cuantos lienzos le están dados garrotes, además de haberlos apuntalados.
En el convento de religiosas Dominicas se ve quebrantada una de las esquinas de la Capilla mayor, amovida parte de sus aleros, y lo interior del convento muchas quiebras en celdas, claustro, y vistas, y en la cerca de la huerta lo mismo, con hundimiento de algunas tapias.(sic)
En el convento de religiosas Franciscas, por lo que hace a la Iglesia se quebrantó el arco toral de la capilla mayor, y dos estribos, cayendo la mayor parte de los aleros a la parte interior, que resultó destrozo de los tejados, y en lo interior del convento, algunas quiebras.
En la ermita hospital del Santísimo Cristo del Refugio, son muchas las quiebras que se necesitan de pronto reparo. Y en casas particulares, y murallas, son muchas las quiebras que se han reconocido, que aunque no del todo arruinadas, serán muchos los gastos para repararlas.
Esto es únicamente lo que puedo y debo exponer a V. I. sobre el asunto de terremoto, y que después en diferentes días, según me informan personas fidedignas, se han sentido algunos movimientos de tierra y en atención a que esta ciudad aunque antes de ahora, como realenga, tenía la capitalidad de toda la Provincia, a el presente se hallar reducida a su término, no fue comunicada la Orden de V. I. a otros pueblos, hasta nueva orden de V. I., que obedeceré como debo.
Nuestro Señor guarde la vida de V.I. los muchos años que puede y le suplico.
Ciudad Real, y noviembre 21 de 1755. Ilustrísimo Señor: Besa la mano de V. I. su más rendido y obligado servidor, Don Luis Joseph Velarde y Viedma.
NOTA DEL AUTOR.- En este capítulo se ha conservado el texto original inegro. (ll)
El sismo afectó a toda España, en mayor o menor grado, y especialmente en Andalucía, pero los daños registrados en Ciudad Real fueron considerables, alterando el desnivel del cuerpo tercero de la torre de Santa María del Prado, precisando, muchos años después, un cinturón de hierro que rodeaba afectando la torre. También todas las puertas de acceso a Ciudad Real, murallas y numerosos edificios religiosos, parroquias, ermitas y conventos.
Se sintió en toda la Península Ibérica, pero por ser Lisboa la ciudad más afectada, donde más se advirtieron las consecuencias, en parte debido a los posteriores incendios de la ciudad que agravaron la catástrofe. El sismo, conocido en el tiempo como “el gran terremoto de Lisboa”, tuvo el epicentro en el Océano Atlántico, conociéndose en Madrid a través de relatos procedentes de Lisboa o del sur de la Península donde sufrieron gravemente sus efectos.
En España, el rey Carlos III ante la magnitud del fenómeno, que le sorprendió en El Escorial, solicitó al gobernador del Supremo Consejo de Castilla un informe sobre el terremoto. Para realizar la encuesta se elaboró un cuestionario de ocho preguntas dirigido a las personas de “mayor razón” de las capitales y pueblos de cierta importancia, y entre estos aparecía Ciudad Real, para contestar lo más expeditivo posible y con sus respuestas tener una idea más acertada de la incidencia del terremoto en todo el reino.
Se recibieron respuestas de 1273 localidades, muchas con carencias importantes de información, exageraciones o imprecisiones. Las respuestas fueron ofrecidas por alcaldes, corregidores, intendentes y curas párrocos. Sabemos que en Lisboa el sismo y tsunami, causó miles de víctimas mortales. Y en otros lugares de Andalucía y próximos a Portugal, se contabilizaron numerosos fallecidos El terremoto a la hora de diez de la mañana del 1º de noviembre de 1755, en este caso en Ciudad Real, estando gran parte del pueblo en las parroquias e iglesias, saliendo a las calles aterrados del movimiento nunca visto de la tierra durante diez minutos, vieron moverse las torres de los templos y otros fuertes edificios. Nosotros nos vamos a limitar a narrar los efectos dados por el teniente Corregidor, que señalaba lo que solicitaba el rey… ”Los estragos causados en la parroquia de San Pedro, sufrieron muchos daños en machos, arcos, bóvedas, maderas, enyesados… es decir, partes que componen el todo de su fábrica, y para repararlos se precisaban muchos gastos. Al narrar estas notas, respetamos, en parte, la versión dada entonces por los informadores de las circunstancias del desastre causado en Ciudad Real. De San Pedro, templo que es de tres naves, toda la nave del Norte ha quedado inclinada a lo exterior de la lonja.
En Ciudad Real, noviembre 21 de 1755. Ilustrísimo Señor: Besa la mano de V. I. su más rendido y obligado servidor. Relación Luis Joseph Velarde y Viedma Ilustrísimo Señor Obispo de Cartagena. Comisionado de todo lo relacionado con los destrozos urbanos y víctimas de Ciudad Real
- M. ordenaba se expida la orden a todas las Justicias de las capitales y pueblos de alguna consideración, tanto de Realengo como de Señorío y Abadengo, para que remitan noticia exacta de los lugares de su jurisdicción que se sintió dicho terremoto, a qué hora, qué tiempo duró, qué movimientos se observaron en los suelos, paredes, edificios, fuentes y ríos, qué ruinas o perjuicios ha ocasionado en las fábricas y si han resultado algunas muertes o heridas en personas y animales y cualquier otra cosa notable.
Una de las primeras respuestas fue la del Comendador de los mercedarios descalzos de Ciudad Real: El terremoto sobre el que se pregunta, fue en esta ciudad, en la hora misma que se cita… (Según cartas y noticias) y en los pozos de Ciudad Real, subió el agua hasta el brocal, derramándose algunos de ellos en mucha cantidad. Y en las tinajas se advirtió el mismo efecto.
Los destrozos de más importancia fueron en los templos y parte de las murallas que rodean la ciudad, y en cercanías de las Puertas de Calatrava y Toledo, y de Granada y de la Mata, se han venido a tierra muchos torreones y cortinas o lienzos de muralla…”Esto es lo sucedido en Ciudad Real, siendo conocida la falta de víctimas heridas o mortales. No obstante, sabemos que en Almagro hubo dos fallecidos sepultados, y en Calzada de Calatrava uno. Y en Villahermosa, un muerto víctima del pánico. En un apartado, quedamos enterados de un curioso efecto causado por la vibración, que fue la alteración del vino en algunos lugares de La Mancha. En efecto, en Daimiel el vino varió de color y de sabor. No obstante, tuvo que ser muy imaginativo este último dato, no otorgándole credibilidad alguna.
FUENTE: EL CRONISTA