POR JOSÉ ANTONIO MARÍN MATEOS, CRONISTA OFICIAL DE CEUTÍ (MURCIA)
Botillería, el nombre que recibieron en España , el siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX, unos establecimientos muy populares, donde se hacían y expendían refrescos y helados. En 1751 encontramos en Murcia una botillería en la calle de la Tortuga, propiedad de Pedro Balanza. En junio de 1835 se abría una botillería y fábrica de licores en la calle del Contraste, número 13, Murcia, vendiendo los helados a los precios siguientes: el vaso de cuartillo (1/2 litro) de toda clase de espumas y sorbetes, a 22 cuartos incluso el mantecado; de leche, a 16 cuartos y el cuartillo de horchata y de naranja, a 8 cuartos.
Otra de estas botillerías se encontraba en la calle de la Trapería, que era propiedad del tío Paco, nombre por el que se conocía este establecimiento, donde después estuvo el Café Oriental. En esta misma calle, hubo otra botillería por los años del 40 al 60, a cuyo dueño le llamaban ‘el Fraile’. Enfrente de esta estuvo instalada otra de un tal Palmís. En la calle de la Lencería hubo una botillería, también por los mismos años del 40 al 50. En la calle de San Antonio existió otra que la tenía ‘Miguel el Cojo’. En la plaza de Sto. Domingo, otra de Pedro Ambín.
Había por aquellos años, en la Aduana y Puente de la Paciencia (puente de los Peligros), puestos de agua de nieve, donde, por dos cuartos, daban un vaso de agua helada y un azucarillo. Años después se instalaría la botillería ‘La Jerezana’, en la calle Príncipe Alfonso, 20.
A partir de los años 80, las botillerías comienzan a llamarse horchaterías. En Murcia encontramos: la horchatería de Francisco Serrano, en la calle de Floridablanca, y otra en la plaza de Santa Catalina. En 1886, en el local en que estaba establecida la librería de D. Miguel Tornel, en la plaza de Belluga, núm. 5, se abría una nueva horchatería propiedad de Marcos Amorós; entre los helados que ofrecía se encontraban: la horchata y limón, a 20 céntimos el cuartillo (1/2 litro); mantecado, copa con barquillos; a 40: leche merengada, fresa, crema de café y de vainilla, avellana, horchata de almendras y de chufas, piña americana y melocotón. En la calle de Vidrieros, número 10, se encontraba la horchatería de Andrés Escalante, con horchatas y limón, a 20 céntimos de peseta el cuartillo, y a 25 céntimos copa de sorbete con barquillos.
Otro antiguo establecimiento dedicado a estos menesteres era el de José Mollá, en la calle de la Frenería, 17, sucursal de su acreditado café de la Puerta del Sol. Ofrecía a sus clientes, entre otros, los helados siguientes: mantecado, biscuit glasé, fresa, espuma de limón, leche merengada, horchata de chufas, de almendras y limón. En la horchatería de la Fuente, Plaza Nueva, 6, o sea, de San Julián, de Juan Masián, se vendían los siguientes helados: horchata de almendras y de chufas, limón y naranja a 20 céntimos el cuartillo. Mantecado, sorbete, avellana, espuma de lima, leche merengada y crema de café, a real la copa.
Otra tienda especializada estaba en Santa Isabel. en el nº 4, a cargo de Luis Gómez ‘el Español’, con horchata de almendras y de chufas y limón, a 20 céntimos cuartillo; sorbetes de mantecado, leche merengada, fresa y espuma de lima, a 25 céntimos copa, y turrón de Alicante. También en la cantina de la Nueva Plaza de Toros se servía al público horchata, limón y helados de todas clases. En la Horchatería de la calle de Cadenas, 23, se vendían, también, toda clase de helados. Otras horchaterías que abren sus puertas en Murcia, a finales de siglo, son: la horchatería de la calle del Crédito Público (frente al Café Olimpia); la de Celestino Marín, en la Plaza de Camachos, núm. 4; la de José Antonio Lasheras, frente a Floridablanca, número 11; existente en la Plaza de la Soledad; ‘La Joya’, de Filomeno Soñer; la horchatería de Medina, en el Pasaje de Zabálburu; la de José López, en la calle de la Palmera, núm. 8, y la horchatería Madrileña, en la Alameda de Colón,
También en el Café del Siglo, cervecería Seguí, Café Oriental, Casino de Murcia, Café del Sol, Café del Arenal (antes Sevilla), y otros, servían con la llegada del verano helados de todas clases a su clientela.
Fuente: http://www.laopiniondemurcia.es/