EL CRONISTA OFICIAL DE LAS TORRES DE COTILLAS, RICARDO MONTES, ESTIMA QUE LA DENOMINACIÓN COTILLAS COMENZÓ EN EL SIGLO VIII, CUANDO LOS ÁRABES INVADIERON EL LUGAR EN EL QUE RESIDÍA EL PUEBLO GODO
Los filólogos llaman etimología popular a la interpretación que el pueblo da al nombre de su localidad relacionándolo con términos parecidos en su lengua actual. Esto suele ocurrir cuando los residentes de una pedanía o municipio olvidan o desconocen la procedencia real de su denominación. Las Torres de Cotillas, Llano de Brujas, Caravaca de la Cruz, Puente Tocinos y Alcantarilla son cinco lugares de la Región que pueden caer en esa confusión y olvidar su verdadera descendencia por rendirse a la leyenda.
Las Torres de Cotillas
Algunos creen que el nombre de este pueblo está relacionado con soplones que convivían en el municipio en tiempos de guerra, pero el historiador y cronista oficial de las Torres de Cotillas, Ricardo Montes, desmiente esta teoría. La denominación Cotillas se estima que comenzó en el siglo VIII, cuando los árabes invadieron el lugar en el que residía el pueblo godo. Los musulmanes nombraron el lugar como ‘Las mallas de los godos’, por la vestimenta que llevaban a la batalla.
La palabra malla, que en lengua de los conquistadores era algo así como ‘Qutiyyas’, fue evolucionando a lo largo de los años hasta convertirse en Cotillas. Además, parte de la población estaba asentada en la huerta y tuvieron que mudarse a la zona de las torres porque los mosquitos, las plagas y otros inconvenientes no hacían muy favorable la vida en aquella zona. Por estos motivos, en 1916 se decide llamar oficialmente al pueblo Las Torres de Cotillas.
Llano de Brujas
Cuenta la leyenda que un fraile carmelita, concretamente el padre Tomatera, tuvo un sueño, una alucinación o, quién sabe, a lo mejor incluso una experiencia real en la que las brujas de Alcantarilla, que tienen fama de hacer estas cosas, lo cogieron y lo llevaron a ver al diablo. El fraile recitó un conjuro y fue liberado.
No obstante, la historia más probable del origen del nombre de esta pedanía murciana tiene que ver con su ubicación, aclara Antonio Botías, periodista y cronista oficial de Murcia. Siempre ha mantenido una estrecha relación con el río Segura, para lo bueno y para lo malo: ha sufrido terribles riadas pero esto le ha otorgado una riqueza agrícola envidiable. Este tipo de arena arcillosa resultante de las inundaciones se denomina bruja y la tierra se queda llana, razón suficiente como para llamar a la zona Llano de Brujas.
Caravaca de la Cruz
Hay muchas leyendas sobre el origen del nombre de esta ciudad. La más famosa tal vez es una relacionada con el ‘aparecimiento de la cruz’. El rey moro residía en Caravaca y quiso que un sacerdote hiciera una misa para ver cómo era. Faltaba la cruz y unos ángeles la bajaron del cielo. Tras el milagro, el rey se convirtió al cristianismo, lidió una vaca para celebrarlo y se lo contó todo a la reina, que después de negarse a cambiar de religión le espetó algo así como “qué cara me ha salido la vaca”.
Esta es una de las muchas interpretaciones que corren sobre escritos de la época, pero el doctor en filología Eugenio Martínez da una hipótesis más científica. El término puede proceder de un príncipe ilirio al que vencieron los romanos llamado ‘Caravantius’. También se tiene conocimiento de una ciudad de la época llamada ‘Caravantis’. La raíz ‘Carav-‘ se relaciona con la palabra piedra y a su vez con la de colina o monte, lo que hace pensar que pudiera ser una designación por la topografía del lugar.
Puente Tocinos
Hay dos historias bastante diferentes sobre el origen de esta denominación, pero en lo que las dos coinciden es en el lugar de donde proviene, el puente que cruza la acequia de Benetúcer: el Puente de los Tocinos. El primer relato, al que se le suele otorgar más credibilidad, cuenta que en este lugar vendían algunos comerciantes carne de cerdo más barata de lo normal, aprovechando que estaban fuera del radio municipal y que eso los exoneraba de pagar impuestos. Pedro Zamora, primer párroco de la localidad, aseguró que de ahí surgió el nombre, de la unión de puente y tocinos.
Otra hipótesis que baraja la tradición oral es la de que los mozos salían por la noche a rondar a las huertanas en el puente, donde se organizaban trifulcas por amor, que muchas veces acababan con derramamiento de sangre. Al día siguiente la población hablaba sobre estas peleas con frases del estilo de “en el puente ha habido tocino”. La existencia de estas costumbres y enfrentamientos son recogidos por el escritor Frutos Baeza que recuerda la prohibición de los llamados ‘bailes del candil’ ante los frecuentes crímenes que se originaban.
Alcantarilla
Todo hace indicar que el origen del nombre de este municipio también se debe a un puente, concretamente al Puente de las Pilas. Alcantarilla siempre ha destacado por su situación geográfica, porque ha sido un punto clave en el cruce de caminos entre el interior y la costa y entre el Levante y Andalucía.
La primera referencia a un asentamiento en esta zona fue en el siglo XII, cuando el cartógrafo musulmán Al-Idrisí la denominó como ‘Qantarat Askaba’, al ser parte de la ruta entre Murcia y Almería. El significado del nombre, explica el Ayuntamiento, parece decir algo así como “junto al río”, que bien podría ser por su cercanía al río Segura. Posteriormente, los cristianos transformaron su nombre, también en el siglo XII, en ‘Alcantariella’.
Fuente: http://www.laverdad.es/ – Fran J. Pérez