POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

Se acercan las Navidades, señoras y señores.

Las calles, en las ciudades, ya lucen luminarias multicolores y los comercios de alimentación engalanan sus escaparates con toda suerte de productos y dulcerías.

Las clásicas «cestas de Navidad» insinúan regalos de compromiso, regalos de gratitud y, por encima de esos condicionantes sociales, regalos de cariño.

Cuando yo era rapaz y las gentes del pueblo criaban cerdos para el consumo en casa, siempre se decía que «había que guardar un jamón PA COMPROMISOS».

Ese «jamón pueblerino» dio paso a la cesta de Navidad con un «jamón industrial».

Bien está todo esto; eso es evidente.

Pero héte aquí que, entre todo ese elenco de ofertas «cesteriles», me he encontrado con un establecimiento gijonés (HEMARK, Ezcurdia, 125) pregonando una oferta singular, que es la que encabeza nuestro artículo de hoy: «DE ENTRADA, UNA TABLA DE QUESOS».

¿Qué es una «tabla de quesos»?

¡Qué pregunta más tonta!, dirán ustedes.

Pues sencillamente es una bandeja, plato o tabla donde se ofrecen distintas variedades de quesos para degustar por los comensales.

Cierto. Pero, ¿qué variedades de quesos? Y, ¿cómo deben presentarse? Y, ¿qué precauciones deben tomarse para tener éxito?

Así, «a bote pronto» y para no cansarles, les aconsejo lo siguiente.

1.- Utilicen como base un plato, fuente o pieza de madera lavados al chorro del agua sin utilizar detergentes, lejías, y productos similares. Siempre dejan olores y sabores difíciles de eliminar y que «enmascaran» a los de los quesos.

2.- No abusen en la «cantidad de variedades».

Unos 6 tipos claramente diferenciados es suficiente.

3.-Distribuyan las lonchas de queso, en la tabla o fuente, en orden consecutivo de más frescos a más curados, dejando los picantes y los «azules» para los extremos.

4.- Utilicen un cuchillo de buen filo para cortar los quesos y lávenlo al pasar de un tipo de queso a otro. Evitarán que el olor y sabor de un queso se «trasvase» al siguiente.

5.- Eviten adornar la mesa con flores olorosas; sus aromas enmascararán los apetecibles olores de los quesos.

6.- Consideren que una «tabla de quesos» es un «plato de entrada»; no un plato principal, y, por tanto, su «misión» es abrir el apetito.

Pues, «hoc supositum», anímense por los quesos navideños. Asturias es región quesera de suma importancia y nuestros quesos, desde el «afuega´l pitu al cabrales», por ir de tiernos a azules, dan cuerpo a las mejores tablas que puedan diseñar. Y si con ellos van otros tipos nacionales, que haberlos hailos y muy buenos, pues mejor que mejor.

Al fin y al cabo, como nos enseñaban en mi antiguo bachillerato, «España es una unidad de destino en lo universal».

NOTA

Bandeja de quesos variados preparada en Establecimientos HEMARK, Ezcurdia,125; Gijón.

¡Una sorpresa, oigan, una sorpresa!