DOMINGO GONZÁLEZ QUIJADA, CRONISTA OFICIAL DE NAVALMORAL DE LA MATA (CÁCERES)
Antes de comenzar, analizamos ese vocablo genuinamente francés:
El bistró tradicional era simplemente una tasca, una taberna o casa de comida gala (sobre todo de París). A lo largo del siglo XX, el turismo lo fue convirtiendo en un punto de referencia del modo de vida parisino.
El bistró francés no tiene un estilo de comida definido aunque, por su origen obrero y popular, siempre ha servido platos tradicionales, hechos con alimentos frescos y considerados saludables. El menú de los bistrós, al igual que su decoración, se ha ido renovando hasta llegar a ser a menudo elegante, debido al auge de la gastronomía tradicional y regional francesa.
Aunque ya no existe –según veremos después–, hubo un bar y casa de comidas, con ese nombre Bistró, en Navalmoral.
Y, ¿por qué le pusieron ese nombre en este Navalmoral tan español?
Por una sencilla razón: el que instaló esa taberna en nuestra localidad (traseras de San Andrés, esquina de Antonio Concha con Duque de Peñaranda) fue uno de los muchos moralos que emigraron a Francia, concretamente al parisino barrio –entonces– de Paris, Saint Denis, en los albores del pasado siglo XX.
Se llamaba Santiago Fernández Martín. Y allí trabajó hasta que, al estallar la primera Guerra Mundial (1914-1918), como tantos otros españoles regresan a España.
Fue entonces cuando, con los ahorros logrados durante la emigración, montó ese productivo negocio; pues, además de hostal, ahí paraban los autobuses y coches de alquiler que nos comunicaban con Madrid, Extremadura y la Vera (si tenían que estacionar un rato, lo hacían en el ábside de la iglesia, entre la esquina y la farmacia Millanes).
Santiago participó activamente en la vida social morala: por ejemplo, en 1922 formó parte de la directiva de la “Asociación de Cazadores Moralos”, que se fundó entonces junto con Francisco Dorado, los Cámara (que tenían la banca y tienda al lado del bar, y que se aprecian en la foto) y otros; en el bienio 1935-36 fue juez municipal, así como cultivador de tabaco y pimentón. Por sus ideas republicanas (tal vez asimiladas durante su estancia en Francia), afiliado al partido Izquierda Republicana (de Azaña y el moralo consorte José Giral) al ser tomada Navalmoral por los sublevados fue detenido y encarcelado en Cáceres.
Tras ser liberado, regresa a Navalmoral, prosiguiendo con el negocio hasta que vende el local, pasando por varias manos (los “Manga”; José López-Carrasco, que monta una mercería; y Miguel Lirón, que instala una relojería, regentada hoy por sus hijas). Respecto a su hijo y heredero, Santiago Fernández Marcos, prefería el cine a la hostelería, levantando el cine “Cruz Blanca” en la calle Mercado, alquilando el cine “Pavón” (que lo convierte en “Xanti), incluso durante un tiempo el cine “Amarnie”.
Por cierto, por el modelo de vehículo, la foto debe ser de alrededor de 1920.