POR JOSÉ DIONISIO COLINAS LOBATO, CRONISTA OFICIAL DE LA BAÑEZA (LEÓN)
De nuevo llegó el día del bautizo; el Párroco de la Iglesia de Santa María, don Jerónimo Martínez Franco, dio la bienvenida a la nueva bebé –así como a sus padres, padrinos y demás familiares– que en breves momentos iba a ser cristianizada, haciéndole sobre su frente la señal de la Cruz y derramando más tarde sobre su cabeza el agua del Bautismo.
Esta vez se trataba de la pequeña Alba; qué nombre tan bonito han escogido tus padres para este nuevo miembro de la familia en este acto religioso en el que, de nuevo, la luz del amanecer irradia esa blancura de pureza, como también hiciera el sacerdote con esa prenda que lleva, otra alba que un día también pusiera en su primera Misa.
Prendas blancas para una cristiana ceremonia, adornadas de encajes, puntillas y lazos, prenda que la abuela paterna hiciera y bordara un día para los suyos y sus descendientes con cariño y amor.
De nuevo, nos encontramos ante un sacramento del que muchos se preguntan cuándo debe ser administrado. Algunos opinan que debería de hacerse cuando uno es ya adulto, con uso de razón y con conocimiento de causa para saber a lo que con él se compromete. Las Sagradas Escrituras nos dicen que Jesús fue bautizado en el rio Jordán, siendo ya adulto, de manos de Juan el Bautista……
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Fuente: http://adelantobanezano.com/