POR HERMINIO RAMOS PÉREZ, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA

Diecisiete de agosto de este año de gracia del 2013, en la localidad de Asturianos, se ha vivido a plena carga una fiesta como homenaje a un hijo y vecino de la localidad que durante medio siglo ha mantenido con toda dignidad y eficacia el bastón de alcalde. Y ello a pesar de toda esa larga y variada serie de circunstancias históricas, que como es lógico, conllevan variedad de situaciones, cambios y reajustes muchas veces difíciles de resolver. Sobrellevar y, lo que es más difícil, superarlos y seguir. Y es aquí y en este caso concreto donde el amigo Leonardo Gallego Chimeno ha alcanzado las notas más altas, ya que sin abandonar ni un momento sus actividades profesionales ha mantenido viva la presencia y la actividad de la vida municipal, a pesar, y esto es muy fácil entenderlo con solo fijarse en la cronología, de 1963 a 2013. Solo repasando muy brevemente nos podemos situar sin exageración alguna en la justa medida histórica de ese período en el que es muy fácil entender cómo se ha movido el amigo Leonardo a todo lo largo de esos cincuenta años.

La comisión organizadora del homenaje trazó un programa de actos que se desarrollaron con toda precisión y rigor, atendiendo a todos los aspectos afectados, comenzando por el personaje en primer lugar, por el protagonista al que se le ha dedicado una breve semblanza biográfica. Sin olvidar, como es lógico, unas notas histórico geográficas del territorio municipal, notas acompañadas de magníficos apuntes a plumilla, obra del artista San Gregorio junto a un programa de los actos.

Y ya dentro de la Casa Consistorial, se montaron dos magníficas exposiciones: una representando el despacho del alcalde con toda la carga litúrgica de su primera toma de posesión acompañada de los doce paisajes a plumilla en gran tamaño y enmarcados, y en otro apartamento una auténtica representación de la escuela de su pueblo, que regentó su esposa doña Rosario Matilla hasta su jubilación. Esta representación de la escuela ha constituido un auténtico acierto emocional.

La celebración eucarística fue seguida en el propio templo de una magnífica conferencia por el vocal de la comisión organizadora y gran periodista Dalmiro Gavilán, quien nos hizo recordar y vivir a plena carga con rigor cronológico las efemérides más destacadas a nivel provincial, nacional y mundial de aquellos años del 63, fecha de su toma de posesión.

Y como en toda ceremonia de este tipo, el consabido banquete en el Parador de Puebla con ese final de entrega de recuerdos, desde la fotografía de Su Majestad dedicada, los interesantes regalos de amigos, comisión y autoridades provinciales. Un homenaje, una celebración y una fiesta que marca un hito muy destacado en la historia de Asturianos, lo que celebramos y recordaremos siempre.

Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/