POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Mi inteligente reloj de pulsera, además de indicarme día, año, hora y era, incluye cámara con zoom, teléfono y operadora oral, grabadora y video-libélula exógeno, tipo dron; GPS-lazarillo con aplicación de regreso a casa, pulsómetro, podómetro con trazado del recorrido, cotas, distancias, grado de cumplimiento y aplausos si se merecen; monitor de sueño y oferta de parámetros, polisomnografía, con detalle de sueños paradójicos o desincronizados; el reloj trae zahorí, para buscar agua y fugas de agua; interactúa con la cuenta corriente y lleva la contabilidad, así como insumos, consumos y rendimiento intestinal, y propone el momento idóneo para las deposiciones, o sea, para hacer caca; es radar, es sonar, detector de simas, sumergible en agua hasta 30 metros de profundidad, cuenta con un localizador de pulpos, también de niños de la República y de fosas comunes del año que le pidas, y detecta carapijos.
Fuente: http://www.lne.es/