JOSÉ LÓPEZ LENGO, CRONISTA OFICIAL DE MOTRIL (GRANADA), DISFRUTA SUS VACACIONES EN SU CIUDAD NATAL
Fiel a su cita anual, José López Lengo, ilustre Cronista Oficial de Motril, ha permanecido durante el pasado mes en nuestra ciudad para disfrutar de un merecido periodo vacacional, estancia que viene reiterando ininterrumpidamente durante una luenga etapa que supera ya más de setenta años. A punto de cumplir noventa primaveras, regresar a su Motril natal supone un soplo de aire fresco para su decano organismo y, sobre todo, vitalidad a raudales, pues nada más acercarse las fechas del estío el ilustre cronista desea por encima de todo volver a pisar su patria chica para departir con sus amigos y conocidos y visitar de forma obligada a sus adeudos en el cementerio, antaño conocido en jerga popular como los cuatro marjales. Ya en Motril su memoria pone en marcha el mecanismo del recuerdo para traer hasta su mente a su familia y escogidas escenas de su infancia, a sus amigos y compañeros de estudios, los modos de vida y usos de casi un siglo atrás y, sobre todo, esa fina estampa que recuerda a un Motril provinciano, con viejas calles escasamente iluminadas, penosas vías de comunicación y dificultades extremas en esa etapa a olvidar que viene a coincidir con los años de la guerra civil y la posguerra. Precisamente, sobre este particular, tiene ultimado un libro que trata esta época y que quiere poner a disposición de los motrileños para ofrecerles esa visión que atesora uno de los pocos testigos vivos que quedan de aquellos aciagos años.
José López Lengo ha sido igualmente un preciado articulista de El Faro, medio en el que entre otras colaboraciones ha contado con una sección fija que ha llevado por título “Recuerdos del Motril que fue”, y que a lo largo de más de diez años ha sacado a relucir a personajes y costumbres motrileñas de épocas pasadas. Es sapiencia viva y legítimo sucesor de Gabriel Mejías, personaje conocido en el Motril de antaño como el fichero viviente de la ciudad. Basándonos en esta cualidad, su larga trayectoria en El Faro y el ostentar el título de Cronista Oficial de Motril hemos querido dedicarle una entrevista en la que saque a relucir su “motrileñismo” y nos hable de su vida y de las viejas costumbres y anécdotas motrileñas. He aquí su resultado.
P.- Vuelta a casa por…. el verano de un ilustre personaje motrileño, D. José López Lengo. Una cita obligada desde hace cuantos años.
R.-Te voy a contestar con una repuesta que describe mi estancia y mis viajes a Motril. Por motivos del servicio militar estuve durante dos años en las milicias universitarias del campamento de Ronda, donde actualmente está la Legión y para mí es como si no hubieran pasado esos años. No veranear en Motril, en mi pueblo, es como si no hubieran pasado. Las estancias y venidas a Motril por el verano han sido como volver a mis raíces, aspecto que me revitaliza. Para mi cronología mi soporte vital son las estancias en Motril.
P.- D. José, ¿cuándo marcha usted a Madrid?
R.- En el año 1963. Por aquel entonces estaba destinado en la Delegación de Hacienda de Córdoba y me surgió un nuevo cargo en la Secretaría General Técnica de Madrid. Mi hijo Roge tenía dos años, Marina diez meses menos y José Antonio, el menor, por desgracia murió allí el 10 de marzo de ese año de forma inesperada por causa de una bronquitis capilar. Fue todo un trauma pues nos encontrábamos muy solos y no conocíamos a nadie; nos sentíamos en la mayor soledad en aquel mare mondo.
P.- Abogado, escritor, periodista, ameno conversador con estilo, tertuliano radiofónico, cronista de su ciudad. Con cuál de estos aspectos se queda o se ha visto más realizado.
R.- Con uno que no está, el de “Motrileño”; he recibido tanto cariño de amigos y conocidos que no lo puedo olvidar. Cuando hago algo referido a Motril estoy recreando todos esos afectos que todavía me sobreviven en algunos amigos.
P.-Durante más de diez años ha sido articulista de El Faro y puede decirse que en él ha hecho historia.
R.-Precisamente de ahí surge nuestra relación de amistad. Fue cuando se empezó a investigar sobre la historia de Motril de Tomas de Aquino y Mercado y fue ahí donde pulse tu modo de ser. Por aquel entonces recibí carta tuya diciendo que escribías en una sección de El Faro que trataba sobre la historia de Motril y me preguntaste ¿la conoces? y te dije no solo la conozco sino que la estoy coleccionando. Aquella es la idea que tengo de cómo comenzó nuestra amistad. Me invitaste a escribir y comenzamos a intercambiar personajes siempre basándome en las revistas antiguas como La buhardilla, La costa del Sol, Efemérides de Paco Pérez, El litoral granadino…, y es así como fui entresacando y tirando hilos de la madeja. Desde luego con el Faro empezamos a intimidar más, a pesar de la diferencia de edad y la amistad sigue y se mantiene.
P.-Cronista Oficial de Motril desde 2013. Que le supone a usted este nombramiento.
R.-Me supone vanidad. Cuando tu venías diciendo que era el sucesor de Gabriel Mejías en el sentido memorístico del aquel hombre que fue bibliotecario del Casino y me llamabas cronista oficioso de Motril algo se estaba gestando y fue alrededor de aquel cultivo que hiciste cuando apareció un eco, una vibración en el ayuntamiento de Motril para que la entonces alcaldesa María Luisa García Chamorro me lo propusiese. Fue en la presentación de mi libro sobre Emilio Díaz Moreu y lo que sentí es que tengo un listón muy alto de los que me han antecedido y me encuentro ahogado por los personajes que más meritos tienen en este momento para ostentar este título. Pero pudo el orgullo, la vanidad, la vanagloria. Me sentí tremendamente satisfecho.
P.-Le he definido tradicionalmente como la última esencia del “motrileñismo”. Cree que es acertado.
R.-Creo que sí, que es acertada. Además pienso que es una figura a extinguir. Ya solo la alentáis tu, Jesús Cabezas, Mario Parrilla y unos pocos más que son contables con los dedos de la mano. En alguna ocasión me han dicho que del túnel para arriba soy la única persona viva que no me he dormido en los laureles y desde esa distancia es la que yo me nutro, me abono para vivir pensando en Motril y que desaparezcan todas las miserias que antaño había sin que se anularan nuestra identidades. El “motrileñismo” es una figura a extinguir, lo estoy notando en la AMEM (Asociación de Motrileños en Madrid) en la que estuvieron Paco López Fuentes, Julio Rodríguez, Fortes, Arquero, Joaquín Rojas y otras muchas más, todos motrileños bien situados y muy vinculados con lo motrileño, con su patria chica. Nos reuníamos en el restaurante “Córdoba” para hablar de Motril y el homenaje que la AMEM le hizo a López Rubio fue allí con unas migas de Motril que le recordó a sus padres.
P.- D. José, yo lo definiría como como el embajador motrileño en la villa y corte de Madrid. Tiempos atrás, era toda una referencia de la institución municipal allí, por ejemplo en la celebración de Fitur era el nexo de unión con autoridades y personalidades ligadas al turismo nacional. También no se puede olvidar que ha sido el fundador de la casa de Motril en Madrid y el principal actor, juntamente con el pintor, para que el Centro de Arte José Hernández Quero sea una realidad en su ciudad natal.
R.-Gracias a Dios en Madrid he tenido muy buenas amistades y en estas relaciones siempre ha salido a relucir Motril, nuestra patria chica. A José López Rubio me unió gran amistad y hay que agradecerle la joya de biblioteca que ha dejado para Motril. A Hernández Quero igual, vivimos en el mismo bloque y también tenemos una gran amistad, aspecto que influyó notablemente para que decidiera donar su obra a Motril y montar el Centro de Arte que lleva su nombre.
P.-¿Que anécdotas podrías destacar del motrileño de antaño?
R.-Recuerdo ahora mismo la de Pepe Galiana un motrileño con una gracia innata. Ocurrió la anécdota con la visita de Rainiero de Mónaco a Granada en los años sesenta. El entonces alcalde de la capital le dijo al rey que tenía un amigo que se parecía extraordinariamente a él y quiso que se lo presentase. Lo mandaron llamar y el rey le dijo que era asombroso el parecido, que como era posible y a Pepe Galiana no se le ocurrió otra cosa que decir que hubo un tiempo que su padre estuvo por Mónaco. Fue reprimido por ello y no tuvo otra ocurrencia que decir que si no el rey le hubiera dicho que fue su padre quien estuvo un tiempo en Motril. También recuerdo a Fernando el Botero y su padre “Papayes”. Éste era un tipo muy curioso, mayor, con gorrilla de visera corta y cigarrillo en la comisura de los labios. Era viejo y no podía con el bote y su hijo era quien remaba para recoger a D. Nicolás en los barcos que partían. Por eso le decía rema, rema más deprisa que D. Nicolás nos espera. Se lo volvía a repetir una y otra vez hasta que Fernando el Botero le dijo, padre, sabe usted lo que le digo, que me voy a cagar en la mitad de la tripulación que va en el barco. Iban solo dos.
P.-A quién destacaría de la larga lista de alcaldes que ha tenido la ciudad por su trascendencia.
R.-Meritorio ha sido Juan Antonio Escribano, el alcalde más longevo que ha habido en Motril. Estuvo cerca de dieciséis años en el cargo después de Emilio Garvayo Dinelli y venia de una familia modesta. Al padre le llamaban el acequiero, pues era el encargado de tener la acequia limpia y que los vigilantes estuvieran al tanto de los riegos. Además fue el promotor juntamente con Julio Rodríguez Martínez y Felipe Soto del segundo instituto de enseñanza de Motril. Todos se esforzaron por elevar el nivel cultural de Motril. Desde el Ministerio le pidieron que ofreciese un solar, y su respuesta fue eso está hecho, vosotros programar la construcción que el ayuntamiento ofrecerá el solar. Lo dio y se hizo. Para mí un alcalde señero. Otro fue Enrique Montero, aunque cada uno de los munícipes ha tenido su contribución para Motril.
P.-Qué proyectos tiene en mente actualmente.
R.- Pues uno que para mí ofrece algunas dificultades y que lleva tiempo. Se trata de la genealogía de motrileños que han destacado, tales como los Moreu Gisbert, los Burgos, Díaz Moreu, incluso mi propia familia, los López y los Lengo, y los de mi mujer Marina. También tengo ultimado un libro inédito de los episodios de la guerra civil y otro formado por cuatrocientos y pico folios que Mario Parrilla le llama Grafico Motrileño y yo Motril en las artes gráficas. Trata de Motril y sus personajes en los dibujos, viñetas y caricaturas a lo largo del tiempo.
P.- Qué le augura a Motril para un futuro.
R.-Creo que en el orden económico hay muy buenas perspectivas una vez que se haga la distribución de las aguas de Rules pues esos secanales que fueron almendrales se convertirán en frutales. La ampliación del puerto también va a traer prosperidad favoreciendo localizaciones de empresas comerciales. Y, finalmente, pienso que la autovía de Andalucía por la costa ha de generar riqueza. Sin embargo soy más escéptico del ferrocarril a Granada que reivindicó D. José Garcés.
Sin más dejamos a D. José López Lengo disfrutar los escasos días que le quedan en su ciudad natal. Respirar la brisa marina de la playa, el aire fresco de la vega, el olor a espetos y hablar de Motril, su Motril, con amigos y compañeros rejuvenece su decano organismo que está presto a cumplir noventa años de edad. La vuelta a casa está preparada pero hay algo claro en su mente que sobresale sobre su espíritu y es llevarse consigo la alegría de haber estado otro año más en su Motril natal. Como bien dice un viejo dicho, “la vejez comienza cuando el recuerdo es más fuerte que la esperanza” y D. José es eso, puro recuerdo de un Motril, unos usos y unas costumbres que viven en su mente permanentemente. Que siga así, y solo queda desearle desde esta tierra que es la suya que tenga un feliz regreso a Madrid.
Fuente: http://www.elfaromotril.es/- Domingo Aª. López Fernández