POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
“Como las olas del mar, los días y las horas baten nuestro espíritu llevando en su seno un dolor o un placer determinado que siempre acaba por pasar de largo”. Manuel Vicent.
Las luces de las farolas, centinelas de la noche, permanecen encendidas, iniciamos el paseo casi diario. A nuestra izquierda el mar, siempre sereno, apacible, con el azul que nos enamora eternamente. A la derecha, una serie de bares o restaurantes con distintas denominaciones, Benipark, Rocieros, Ulía, Turia o típicos franceses o italianos, en total silencio.
Nos cruzamos con matrimonios, personas en sus meditaciones, jóvenes, o mayores, que caminan o corren. Admiramos y daríamos nuestra particular medalla, a los que caminan con las dos muletas o bastón, el que lleva la pequeña botella de oxígeno o la persona mayor que con estilo genuino, es fija desde hace años corriendo en este paseo. En algún tramo el saludo con “buenos días” y a veces con “gracias”, al ceder el paso.
Recuerdo a los cientos de andaluces, especialmente giennenses que en los años 60-70 llegaron a esta localidad en la búsqueda de un trabajo, en los hoteles, construcción, servicios…algunos de ellos jubilados o muertos ya; una mayoría no volvieron a su tierra de origen; otros como empresarios aquí continúan con esfuerzo, y éxito en sus negocios.
Este Paseo de Poniente, realizado en 2008, por los arquitectos Carlos Ferrater y Xavier Martín Fali, que recrea las formas de los acantilados y oleajes. Esta obra tuvo varios premios y reconocimientos por el trazado y evolución del proyecto, “por su regeneración urbana”. Obra con una gran aceptación por los numerosos paseantes y visitantes, aquí se dan la mano la arquitectura y los vecinos. Sombra, luz y armonía. En esta obra participó un ingeniero ubetense de apellido Diosdado.
Las observaciones que podemos reclamar, se refieren al mantenimiento que es responsabilidad municipal. En los lados del paseo se colocaron sabinas, palmeras y matorral típico mediterráneo. Es necesario un cuidado más intensivo de la vegetación. La otra observación al concejal de playas y corporación es el pésimo estado de las maderas que ponen en comunicación las distintas entradas o salidas, a la playa. Han sido numerosas las caídas de personas. Es urgente el cambio de las maderas o sustituirlas por un tipo de material, duradero y cómodo para los que llegan a la playa.
Encuentro a varios empleados, uno en un coche con su cisterna de agua, limpia el paseo, colocando diligentemente el cartel de “cuidado piso resbaladizo”. Otros participan de la limpieza de calles, o revisan el funcionamiento de los grifos de los lavaderos de los pies.
Escaso o nulo tráfico; algunos patinetes eléctricos de empleados que van o regresan de su trabajo; un taxi y el coche de Policía Nacional o Local, y varias motos. No hay coches aparcados.
Despiertan nuestra atención dos edificios diferentes, el impresionante, Hotel Bali, con su altura próxima a los doscientos metros, y el In Tempo, casi con la misma altura y que deseamos que pronto se finalicen las obras y tenga vida. Nuevas e interesantes construcciones se levantan con rapidez, cercanas al Hotel Delfín y que cambiarán el aspecto de esta zona en breve.
Causan optimismo las numerosas zonas acotadas de campos de voleibol playa, ahora desiertos, pero un hervidero de niños, jóvenes y entrenadores en la tarde. Los parkings de bicicletas, la zona con distintos aparatos para hacer gimnasia; la biblioplaya y ludoteca, esperando el momento de su apertura.
En uno de los laterales un indicativo construido en piedra, nos informa del inicio del: Camino de Santiago, 1338 kilómetros. Es la distancia que nos separa si deseásemos realizar el camino.
Diversos grupos de palmeras dan vida, sombra y belleza. Llenan la vista de color y sabor de playas tropicales.
Llegamos al final de este paseo, en donde curiosamente perdemos de vista “La Isla”, suena a magia. Unos pescadores, han colocado pacientemente sus enhiestas y largas cañas, esperando que llegue la pesca, que algunos dicen: “saben latín”; ocasionalmente contemplamos como levantan la caña, con una presa. Nos desviamos, en el regreso, para una calle que lleva de nombre Genaro Navarro, por el que estoy interesado y del que no he podido recabar información en una publicación local. Ascenso, costoso, hasta la ermita de la Virgen del Mar, siempre con flores y velas de promesas. Desde aquí el paisaje es un regalo para la vista.
Cortado el tránsito de ascenso, por las excavaciones, que se realizan sobre las murallas romanas y arquitectura militar, con gran éxito para conocer todos los aspectos de la vida en aquel periodo. Recuerdo al cronista y excelente Catedrático de Historia Medieval, Juan Carlos Armenteros, que trabaja inmensamente esta materia de la arqueología. En un futuro un museo o paneles nos informarán del excelente resultado de esta intervención arqueológica Castellum del Tossal de la Cala.
En el regreso, mayor número de personas paseando o corriendo, colocación de las hamacas, en un amplio trayecto, ni una sombrilla en la playa…
En el otro tramo final de esta Playa de Poniente, en el lugar más visitado, el Castillo, una intervención arqueológica busca encontrar el primer castillo de la villa, lo que sumará mayor interés por este lugar. Ambas intervenciones arqueológicas darán sus mejores frutos en un futuro cercano.
Mantengo mi planteamiento de hace más de veinte años, unos artículos dedicados a varias ciudades, sus monumentos y personas destacadas, los amigos de allí, cuatro ciudades para vivir podríamos añadir alguna más pero nos quedamos con: Sanlúcar de Barrameda, Benidorm, Úbeda y Villanueva del Arzobispo.