POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Los de mi edad -que ya es mucha- recordarán una canción de los «años 50», «absurda», pero muy pegadiza y bailable en «les fiestes de prau» que con título de MUSTAPHÁ, era interpretada por José Guardiola (1930-2012) y empezaba así:
«Cherie, te quiero; cherie , yo te adoro
como la salsa de pomodoro…»
Otros intérpretes en vez de «cherie» (amada) decían Cheli (nombre de mujer) y lo de pomodoro lo alteraban en «comodoro».
¿Qué demonios es la salsa POMODORO?, me pregunté en su día y un amigo cocinero me explicó: «Si, hombre, es casi igual que la salsa MARINARA, con la pequeña diferencia que en esta el tomate se trocea y no se tritura al elaborarla».
.- ¿Y qué es la salsa MARINARA?, insistí preguntando.- «Pues es la que en España, atribuyéndole un origen gallego , catalán y hasta asturiano, llamamos SALSA MARINERA.- Creo que su cuna es italiana y fue «inventada» por marineros napolitanos para aderezar sus guisos cuando regresaban a puerto».
.- ¡Qué apodos cuenta la gente por el aquel de «mal nombrar » las cosas!.- ¡Cuántas veces hemos oído hablar de la SALSA AMERICANA para acompañar mariscos de alto copete como langostas o bogavantes!. Y no hay tal.
La SALSA AMERICANA fue invención en 1870 -¡ya llovió!- de un cocinero francés que se llamaba Pierre Fraise y era oriundo de la zona de «L ´Armorique», comarca entre Bretaña, Normandía y Loire. El nombre de L´Armorique, de origen celta, corresponde a sus primitivos pobladores llamados «aremoricani». Y, claro, de «sauce a l´ armoricaine», o SALSA ARMORICANA, nos pasamos a salsa americana.
La salsa marinara -o, como decimos aquí, MARINERA- es una salsa a base de aceite, ajo, cebolla, pimentón (dulce o agridulce), guindilla, tomate, harina, caldo de pescado y vino blanco.
No debe confundirse con la llamada SALSA VERDE, de la que hemos tratado repetidas veces, si bien es verdad que son muchos los restaurantes que emplean el adjetivo de MARINERA para la VERDE. No pasa nada; también llaman VIRREY (el «segundo» del rey) al pez que debe llamarse BIRREY («dos veces rey» por su color rojo de piel semejante al de un manto regio). Cuestión de V o de B.
En nuestra costa, al igual que en toda la cantábrica y en la gallega, son muy frecuentes las ofertas de moluscos bivalvos (almejas, berberechos, navajas, mejillones…) en tres preparaciones muy solicitadas: EN SALSA VERDE (aceite, ajo, cebolla, guindilla y PEREJI); AL AJILLO, y «A LA MARINERA».
Hoy nos vamos a decidir por unos buenos mejillones de Galicia, a quienes algunos llaman «marisquín de probes», preparados A LA MARINERA DE «CASA PRUDO».
Abrimos al vapor 1 kg de buenos mejillones echando en la tartera un vasín de vino blanco. Ya abiertas las valvas, eliminamos en cada mejillón la que no soporta la «carne». Reservamos.
En una tartera con aceite de oliva (que cubra bien el fondo) pochamos dos dientes de ajo y una cebolla picados en menudo. Ya doradinos (poco) se añade una cucharada de pimentón extremeño de La Vera, una guindilla , dos cucharadas de salsa de tomate, el caldo de cocción de los mejillones y un poco de harina para espesar la salsa. Después de unos hervores se agregan los mejillones reservados, da unos hervores más… ¡y a comer!
Riquísimos, oigan, riquísimos.
Una advertencia; verán que no recomiendo adición de sal. Los mejillones ya aportan de por sí agradable sabor salado.