POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
En filosofía y letras pocos avances hubo; aún ignoramos nuestra procedencia, nuestra meta y el sentido de la vida; en cambio, la técnica avanza una barbaridad y nos supera, como al doctor Frankenstein su criatura. Pero la recesión económica empata malamente con los excelentes progresos de la ciencia; hay cohetes, sin embargo carecemos de presupuesto para combustible; ya no revisamos los extintores de casa, alargamos la ITV más allá del límite… Cumplir la ley sale más caro que violarla; aunque contamos con legislación prolija para la seguridad vial y etilómetros para vigilar su cumplimiento, cuesta un ojo de la cara calibrarlos y los borrachos se burlan del control haciendo eses. Se les acaba la cuerda a los robots y se cierne sobre ellos el desempleo. Hoy un guardia acercó su nariz a mi ventanilla y me dijo: «¡Écheme el aliento!». Di positivo en hígado al ajillo.
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