JOSÉ ANTONIO RAMOS RUBIO Y CRONISTA OFICIAL DE TRUJILLO, Y FRANCISCO PÉREZ SOLÍS DESCUBRIMIERTO EL EDIFICIO CONVENTUAL DE LA ORDEN SANTIAGUISTA DE SALVATIERRA DE SANTIAGO (CÁCERES)
Salvatierra es una villa cacereña ocupada desde la Prehistoria, fruto de su excelente situación y de la explotación de los recursos de la tierra, que se halla situada en la vieja calzada que es hoy cordel de ganados y que comunicaba Mérida con Trujillo y Toledo (Calzada Emerita Augusta-Cesaraugusta) por donde el 2 de marzo de 1526, Carlos V paraba a pernoctar en el hospital de peregrinos que tenía la villa.
La Orden de Santiago se fundó el 1 de agosto de 1170, reinando en León Fernando II. Hacia ese año, los almohades, con los que había firmado una tregua Fernando II de León, llegaron hasta Toledo, estando a punto de poner en peligro de la existencia del Reino de Castilla. El rey tomó las medidas pertinentes al objeto de contener una posible ofensiva contra su reino y, a tal fin, encomendó la defensa de Alcántara al conde de Armengol de Urgel y la de Cáceres, además de las fortalezas de Alconchel y La Albuera, –hoy en la provincia de Badajoz– a una nueva milicia creada en la zona fronteriza, en agosto de 1170, para combatir a los musulmanes, la futura Orden Santiaguista. Salvatierra perteneció a la Orden Santiaguista, tras la reconquista definitiva del territorio, entre los años 1233-1236, fecha en la que se concede a la población el privilegio de población y fuero a la villa de Montánchez y su tierra, a la que pertenecía Salvatierra de Santiago.
Una vez que se produce la reconquista definitiva de la zona, se hace el deslinde de los territorios de la villa de Montánchez y su tierra, estableciéndose la Orden de Santiago con un importante señorío de Extremadura, territorios que dentro de la Orden recibieron el nombre de Provincia de León y que, a su vez, se dividieron en Encomiendas (como la de Montánchez), estableciéndose una clara relación entre el nombre de esta población y la Orden que la instituyó.
El edificio que los investigadores presumen que se trata del convento de la Orden de Santiago no aparece mencionado en el Diccionario de Madoz, porque se encontraba ruinoso a mediados del XIX, una vez que la Orden desapareció del municipio a raíz de la Desamortización decimonónica, pasando los bienes al Obispado de Coria en 1870.
En el interior de un cortijo, a las afueras de Salvatierra, los investigadores han localizado el amplio conjunto monumental del cenobio de la Orden de Santiago, desaparecido hasta el estudio al que nos referimos. Es propiedad de don Enrique Casadomet y de doña Fátima Casadomet. El conjunto monacal pasó a depender de su familia en 1880, tras la venta de bienes eclesiásticos y monacales a manos de particulares tras el proceso desamortizador.
El exterior se presenta como un edificio hermético con ventanas rectangulares construido con mampostería y refuerzo de sillares en la esquinas, sin apariencia de haber sido un convento. El espacio monástico lo articula el claustro, con arquerías en la zona baja y ventanas rectangulares en la superior. La iglesia, que aún mantiene un contrafuerte de cantería, tiene orientación este-oeste. Aún se conserva la torre, desde donde se divisa una panorámica del municipio.
El arco escarzano, que unía el convento con la casa de la Orden, fue parcialmente destruido durante la Guerra de la Independencia, y está construido con ladrillo sobre pilares de cantería. Fue reconstruido a principios del XX a instancias de Manuela Canchal y servía para unir la casa de esta señora (antigua casa de la orden) y el edificio conocido como «Los Corrales», que correspondió al convento.