POR JOSÉ SALVADOR MURGUI, CRONISTA OFICIAL DE CASINOS (VALENCIA)
Un nuevo día ilumina la vida. El reto es ir pasando los días, andar es fácil, correr tiene sus complicaciones, pero admitamos que no requiere de gran destreza… pero volar es otra historia. Estamos en casa confinados horas y horas, por prescripción facultativa y porque nos dicen que es la única forma de parar la pandemia. Nuestra mente vuela a más velocidad que la luz eléctrica.
El otro día, uno de los más decanos Cronistas del Reino de Valencia, en uno de esos grupos de las redes, comentó que no quería oír más noticias. Misión imposible estos días, cuando a cada momento hay algo nuevo, que no entro a valorar la maldad o la bondad de la noticia, me quedo con lo preocupante del tema, aunque mi amigo el Cronista, hombre curtido en la información y documentación, lanzo una expresión que me impulsó a escribir la presente crónica, que dedico a todos los lectores y especialmente al buen amigo Alfons Rovira de Alzira.
Concretamente y ante la magnitud de los hechos que estamos viviendo, exclamó, que aún no ha salido nadie, escribiendo un «Gozo» para éste trágico momento; para los que no lo saben copio del Diccionario la definición:»Gozos: Composición poética en loor de la Virgen o de los santos, en la que se repite un mismo estribillo al final de cada copla.»
Casinos, nuestro pueblo, desde que se funda la Parroquia Santa Bárbara en 1788, tiene por Patrona a Santa Bárbara, en sus gozos, hay una estrofa que dice: «De tu ruego los acentos, angelical voz declara, espere quien te invocara, no morir sin sacramentos, si tan extraños portentos, afirman esta verdad: ¡Socorrednos por favor, Bárbara en la tempestad!»
El Patrón es el Santísimo Cristo de la Paz, al que se invoca diciendo «La peste y la sequía, pedriscos y tronadas, por ti son rechazadas, viniendo a visitar, vuestra sagrada imagen que es todo nuestro encanto y del infierno espanto, el Cristo de la Paz.» Estos dos cantos, expresan, la angustia de los pueblos en momentos puntuales y la súplica de protección.
Otra de las estrofas al Patrón dice: «Cerca del fin lastimado en desamparos atroces ¡Dios mío! dijiste a voces, «¡¿Por qué me has desamparado?! En ti por nuestro pecado, se ve el castigo severo.» En otros gozos más antiguos, que seguramente hace años pasaron a la historia, nos recuerdan: «Pues de Dios, fuiste enviado, para salvar a tu pueblo, ¡Sois de la Paz padre amado, dadnos salud y consuelo! En las grandes sequedades que han afligido el lugar, todos claman sin cesar, que os sacaran por las calles, y han sido vuestras bondades, la lluvia del gran consuelo. De esa cólera furiosa, que ha habido en todas partes, siempre señor nos librasteis, pues aquí nunca fue cosa, vuestra piedad amorosa, nos cuida con gran consuelo.»
Hay otra historia, con lagunas sin documentar, sobre la imagen de la Virgen de los Desamparados, que regaló a la Parroquia de Casinos el Alcalde Juan Rocher, esa imagen estuvo en Madrid, para ser devuelta a Casinos. En la letra de sus gozos se lee: «Ya que volvéis a Casinos, en vuestra fiesta triunfal: Sednos siempre nuestro Amparo, en esta vida mortal. Hace cerca de tres siglos, te marchaste de esta Villa, y morabas en Madrid con familia distinguida, y os devuelven a Casinos, a vuestro pueblo natal. Ya que tenemos la dicha, de ampararnos siempre a vos, Madre no nos desampares y siempre ampáranos, te lo pedimos tus hijos, que de ti esperamos tal.»
Otro de los cantos autóctonos dedicado a la Inmaculada dice: «Ya que sois la Madre amada, de la raza pecadora: Sed María Inmaculada de Casinos protectora. El escapulario santo, que llevamos en Casinos, es una prenda de encanto, a los favores divinos, es joya muy estimada, de este pueblo salvadora.»
Por otra parte, hemos celebrado el Año Vicentino, San Vicente también tiene su canto «Sednos padre defensor, sacro apóstol valenciano. Ángel, profeta y doctor, anunciador del juicio, sed con Valencia propicio, de quien sois lustre y honor, y alcanzadnos del Señor, la salud por vuestra mano.» Estos gozos, en la década de los años sesenta del pasado siglo, vino Don Vicente Giner Boira desde Valencia a Casinos, a grabarlos y copiar la letra, ya que musicalmente son una joya.
Un repaso por los cantos de Casinos, nos llevan a este resumen, aunque el protagonismo lo adquiere San Roque, con los cantos que hace unos días referí en otro artículo y que se publicaron en el libro «San Roque un vecino de Casinos desde 1885» que editó la Generalitat Valenciana en el año 2003 y cuyos textos fueron aportados por un servidor.
Reflexionando, sobre las invocaciones para obtener la protección de los santos a los pueblos en una de las oraciones que se recita en la Novena de San Roque se dice diariamente: «Aplaca Señor tu ira, tu justicia y tu rigor. Dulce Jesús de mi vida, misericordia, Señor.» En el verso que se dedica el último día de la novena a San Roque en su ermita en el monte de Chiner, se le dice: «Aunque en el monte te quedas, te quedas acompañado, de Santa Bárbara hermosa, y Antonio por otro lado. Santa Bárbara nos libre de malas pestes y rayos, y el glorioso san Antonio de los testimonios falsos. Y tú glorioso san Roque, que adiós todos te decimos, tú te quedas en tu casa, y nosotros a Casinos!
En este viaje musical de la historia de nuestros cantos, se aprecia ese sentimiento fervoroso de los pueblos hacia sus patronos, existe una relación orante que en ocasiones la tradición sepulta y con el tiempo se olvida. Siempre me gusta recordar de dónde venimos, quien nos enseñó, y a veces pensar en «que» final nos espera. Hoy es un final insospechado. Si hace más de tres siglos una imagen de la Virgen de los Desamparados fue a Madrid y volvió a Casinos, sin duda alguna sería por algo.
Desde ese respeto, ese silencio, ese saber meditar en el paso de las horas que llenan estos días, creo que es interesante, recordar estas letras, no olvidar a nuestros antepasados que las escribieron, por ejemplo José Muñoz, que fue uno de los compositores de letras y músicas, que hoy tiene una calle en Casinos, y desde ese prisma de la historia, mirar en el transcurso de nuestra vida, lo que hemos hecho, o lo que hemos dejado de hacer, porque al fin y al cabo, somos todas y todos, herederos de un pasado glorioso. Añado la última estrofa de los Gozos de san Roque escrita en 1885 y con una profunda actualidad: «No abandonéis este pueblo, miradnos con compasión, vuestros devotos confían tener en vos protección. Defendednos de epidemias, de todo mal y dolor»