POR RICARDO GUERRA SANCHO CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE ARÉVALO (ÁVILA)
Siete columnas llevo con temas culturales que son un pálpito del verano de mí Ciudad. No quiere esto decir que no haya otros temas menos culturales y aún Contraculturales. Últimamente no me gusta dar ni una línea a algunas minorías, pero, a veces, es conveniente un comentario, aunque solo sea por evidenciar a algunos que nunca dan la cara, que pintan todo sin rubor alguno, o por el desahogo personal.
Es como una cara y una cruz de las cosas, porque las cosas son así y casi nunca son como nos gustaría. Verán amigos lectores, hace pocas fechas comentamos, la ida de la cabeza de “Carmen dormida” esa candorosa escultura de Antonio López.
Era parte de un capítulo que, podría ser más largo o menos, pero sabíamos que tendría un final. Y no tardó en aparecer una pintada que, ni siquiera podemos considerar ocurrente, que duró poco más de lo que tardaron en poner la pintada: “El Ayuntamiento ha perdido la cabeza”.
Verán amigos lectores, todo depende del punto de mira. Hagamos un ejercicio de posibilidades. Si esa preciosa escultura hubiera sido comprada por el Ayuntamiento, que era una posibilidad a considerar, para quedarse en la Plaza de El Salvador, no pocos vecinos habrían dicho que si el Ayuntamiento no tenía algo mejor en que gastar esos dineros… si como ha sido, no se compra, otros vecinos han dicho que cómo este Consistorio no la ha comprado para ornato urbano, ornato de gran calidad diría yo…
Otro tema que hace pensar, en estas últimas fechas se están realizando unas obrasen la oficina de Bankia, nuestra antigua Caja de Ávila, con derribos generalizados e indiscriminados… ¿Que ha pasado con esos murales artísticos del autor? Los que representaban el campo castellano, y los otros, los alusivos a los pueblos y partidos judiciales abulenses, y los nuestros, el escudo de la ciudad, y otros motivos del entorno monumental, unos relieves modernistas de muy buena factura.
Unas obras que están arrasando con todo, con lo que nos ha costado a todos los impositores mantener esta entidad y, en cuanto tiene cuatro perras, ¡zas! a arrasar y fundirlas. Me dice un amigo comentando estas cosas que es cuestión de imagen. Se sanea la entidad, a costa del impositor y del contribuyente, se lava la cara y pronto quizás podremos ver que se vende… O no ¡vaya usted a saber! Pero da mucha pena todo estoque estamos viendo.
Lo bien que hubieran quedado ofreciendo estos relieves, si no los querían, al museo de la ciudad… unos relieves del castillo, de la Plaza de la Villa, del Arco del Alcocer, del atrio de San Martín, la cruz de San Juan o la fuente de los cuatro caños…y el escudo de la ciudad… Y todo esto en una obra de sorpresa, con los directivos en vacaciones y sin que nadie supiera el alcance de la intervención hasta el desmontaje de todo y los contenedores llenos de cosas… ¡Hechos consumados!
O acaso se han trasladado a algunos almacenes. Pues desde aquí pido ese legado de arte contemporáneo para nuestra ciudad, para su museo, para mantener un patrimonio artístico que fue creado para la oficina de aquí, para el público de aquí.
Como nos acordamos de la Caja de Ávila y de su obra social… y esta modernización de la oficina, que tampoco estaba tan vieja ni tan mal –me comentan muchas personas, ¡ni falta que hacía! Una nueva entidad que parece ha obviado el valor artístico de esos murales, que eran muy de aquí, y hechos para aquí…
Estamos presenciando últimamente muchos detalles de desapego, de indiferencia a cualquier cosa que suena a nuestras raíces, a nuestros valores… una indiferencia a veces muy preocupante. Otras veces, sin embargo, magnificamos cosas que son naderías, cosas sin sustancia, aunque en el límite entre ambas, casi nadie estaríamos de acuerdo. Pero, podría haber algo de cordura… No hay quien nos ponga de acuerdo.