POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA)

Dicen todas las cifras que esta edición de FITUR ha sido de record, la feria de turismo más importante. Pues en ella se han presentado los vínculos de Cervantes con fray Juan Gil, el trinitario de Arévalo que le rescató de Argel… así ya pudo ser escrito El Quijote. Ya se ha comentado el avance del programa que recordará estos eventos dentro del IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes, que se está elaborando.

Me dirán que otra vez Cervantes y el fraile arevalense, pues sí, porque es el tema que ahora mismo está en candelero en mi ciudad, como en otras ciudades españolas. Son momentos en que están aflorando temas relacionados Es un acontecimiento que nos toca de cerca y nos recuerda una época de nuestra historia, el Arévalo de los importantes conventos y la vida de la antigua villa en el s. XVI.

Hace poco recordábamos otro centenario vinculado al antiguo convento de San Francisco de la Observancia. Ahora es el del convento de la Santísima Trinidad, por ser la casa de nuestro fraile, en la que ingresó como religioso, a la que volvía durante los mandatos de su vida de redención de cautivos, y a la que regresó cuando se acercaba su muerte, para quedar aquí para siempre.

Es una pena que ciertos avatares de la historia, la ignorancia de ciertos momentos y la inquina de los hombres, nos priven de mantener ciertos lugares históricos. Uno de estos lugares cargados de historia fue el convento de la Trinidad. Ahora en estas celebraciones apenas se podrán adecentar sus ruinas históricas y ajardinar el entorno, una de las actuaciones previstas en este centenario. Pero tiempo habrá para desgranar otros tantos temas como los que rodean esta celebración y en profundidad.

Ha sido en FITUR donde se ha producido una reunido los dos alcaldes cervantinos por excelencia, los que hoy más nos interesan, el de Alcalá de Henares, Javier Rodríguez y el de Arévalo, Vidal Galicia, con el presidente de la Diputación de Ávila, Jesús Manuel Sánchez. No fue un encuentro casual, estaba previsto, ha sido un primer encuentro en un ambiente cervantino y con un testigo de calidad. Buen principio para una fructífera colaboración, como ya se produjo con anterioridad.

Ahora me viene a la memoria otra celebración y otro encuentro entre las dos ciudades y entre las autoridades de ellas. Era el año 1987, cuando celebramos el centenario de la muerte de Fray Juan Gil, también el cuarto. Entonces andaba yo de concejal de cultura y tengo que decir, en honor a la realidad, que se nos había pasado aquel centenario, el del rescatador, claro, era mucho menos sonoro que el del rescatado.

Y la iniciativa partió de Alcalá que nos lo recordó. Allí aprobaron una moción para ponerse en contacto con la ciudad del rescatador. Pasado el primer sonrojo, nos pusimos a trabajar para celebrar aquella fecha. Y fue un momento de gran colaboración de ambas ciudades fructífero que unió lazos de amistad y complicidad cervantina, celebrando actos conjuntos. De ellos nos queda tangible esta placa conmemorativa que la ciudad de Alcalá ofreció a Arévalo, “cuna y tumba” de Fray Juan Gil, y un libro biográfico realizado por nuestro recordado amigo Constancio Rodero, además de numerosos artículos de prensa que nos desvelaban diversos aspectos de la vida del fraile rescatador.

No quiero finalizar estas líneas sin recordar otra agradable visita, la del alcalde de Querétaro, Méjico, Marcos Aguilar y otras autoridades, una ciudad hermosa de rico patrimonio, de claras raíces hispanas en su arquitectura, importante conjunto monumental que también ha estado presente en FITUR.

Sus vínculos con Arévalo a través de una emblemática industria, Plastic Omnium, también presente en aquella ciudad, una visita digamos de trabajo. Una visita que no pudo por menos de tener un pequeño paréntesis para conocer el corazón histórico de nuestra ciudad, la Plaza de la Villa y sus torres mudéjares, admiradas por la embajada mejicana, visita gratificante, como la propia relación industrial.