POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA)

La mañana el domingo ha sido una de esas para guardar en el recuerdo por buena y gratificante. A las diez de la mañana era la convocatoria, en el Puente de los Barros, junto a este puente mudéjar que fue restaurado hace unos años y que ya está más rodeado, de naturaleza y vegetación, cuando no hace tanto lo estaba de escombros y basuras.

Este cambio es parte de la actuación del “Parque Fluvial de Arévalo” un gran proyecto que se ha realizado recientemente en su primera fase, la senda del río Arevalillo, desde el Puente de los Lobos hasta el Castillo, una longitud de 1,6 Km., pasando por los puentes de Los Barros y el de Medina, los restos de otro puente, el Molino de Valencia o “molino quemao”, con su represa antigua, o las esculturas “Ponte en marcha” con girasoles, obra de Juan Jesús Villaverde, que jalonan de patrimonio monumental el recorrido por la naturaleza de ribera y los deliciosos paseos por este corredor verde. Ya ansiamos el inicio de la segunda fase, la ribera del río Adaja.

Amaneció el día frío y nublado, amenazaban lluvias abundantes a partir del medio día, aunque algunos claros soleados suavizaban el frío del ambiente. A medida que avanzaba la mañana el cielo se nubló cada vez más y aparecieron las primeras gotas, pero la jornada festiva y de naturaleza ya se había realizado, sólo quedaba el almuerzo y la foto de familia… Sin embargo, fue una mañana cálida de convivencia ciudadana y de gran actividad de tal modo que el casi centenar de participantes se dividieron en dos grandes grupos, uno para limpiar las laderas y cuestas de esta zona arevalense recuperada para el disfrute de la gente.

Un segundo grupo que a su vez se dividió en cuadrillas, realizó la plantación de ciento cincuenta árboles, pinos piñoneros y encinas de un tamaño ya cuajadito, de entre 1,5-2 metros de envergadura. Una sensación muy gratificante ver a gentes maduras, y muchos niños y jóvenes que desafiando la climatología acudieron al anuncio de la I Jornada de Voluntariado Ambiental de Arévalo, con las plantaciones y limpieza en el río Arevalillo. Fue una actuación promovida por el Ayuntamiento y la Diputación Provincial, y dirigida por Francisco Durán.

Un acto cívico, festivo y participativo a favor en un entorno que ha cambiado la fisonomía del lado oeste de la ciudad, muy a favor, y a pesar de algún desaprensivo que también los hay, que han perjudicado demasiado esta realización. ¡Pero les venceremos!!!

Nunca pudimos imaginar que nuestras “cuestas”, siempre sucias de basuras y escombros, que tornarían su aspecto con una buena actuación, participativa realización y festivo mantenimiento, como un día soñó idílicamente un concejal de cultura. Eran otros tiempos, ya hace muchos años.

Esto también me ha recordado un movimiento cívico, de hace mucho tiempo, otra escena similar cuando un grupo de jóvenes, ante el deplorable espectáculo de suciedad que invadía la Plaza de la Villa, la plazuela de La Alhóndiga y el atrio de San Martín, en momentos del incipiente turismo, se realizó una limpieza extensiva y participativa. Lo recordarán las personas de una cierta edad. También fue eficaz, un revulsivo público, y una escena de rebelión popular.

Era cuando la basura se tiraba a las cuestas… nuestras sufridas cuestas de los ríos, unos parajes de deleite y complicidad con la naturaleza que nos rodea, en una ciudad que siempre vivió de espaldas a ellas, despreciándolas como aún ahora mismo hacen algunos vecinos desaprensivos que no se han hecho a ver nuestras cuestas como cinturón verde y de naturaleza, cuestas de los ríos que cambian su fisonomía de forma agradecida cuando se limpian y se plantan arbustos y árboles.

Ha sido también una demostración de júbilo popular, cuando algunos insolentes nos hicieron pensar que estábamos tan solos en estas campañas, que la cosa no tenía remedio… Un revulsivo que nos ha hecho recuperar el valor de la unión de la gente para conseguir cosas beneficiosas para nuestra ciudad, tan bella y maltratada ella.