POR RICARDO GUERRA SANCHO CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA)
Hace unos días ha pasado por nuestra comarca una figura muy conocida y entrañable que entra en nuestros hogares, a través de la pequeña pantalla, para enseñarnos pueblos, ciudades y tantos rincones de España, y por ello nos resulta muy familiar, como de casa.
Me estoy refiriendo a Esperanza Domínguez que está grabando para la Teletivisión (rtvcyl) nuevos programas.
Concretamente la grabación que ha realizado en Madrigal de las Altas Torres y Arévalo ha tenido como relato conductor la figura de nuestra gran reina Isabel I de Castilla, la católica, desde su nacimiento en el palacio de las casas reales madrigaleñas, pasando por la educación de los años infantiles en Arévalo, para llegar a Medina del Campo, su lecho de muerte.
Y entre medias, su pasó por Segovia, Valladolid y tantos otros lugares isabelinos de nuestra comunidad, algunos de los lugares en los que estuvo a lo largo de su intensa vida.
Y siempre resulta grato poder saludar a este personaje tan querido y cotidiano como es Esperanza, que nos muestra tantos sitios, siempre profundizando en los valores históricos, artísticos y gastronómicos.
Contactaron con este Cronista que escribe para que me pusiera al habla con ella, para vernos antes de la grabación. Y así fue, quedamos para vernos y hablar sobre el tema que la ocupa en estas grabaciones. Para sintetizar la leyenda y los datos históricos como ella sabe hacerlo muy bien. Y la esperé junto a la bodega que comentamos en la columna anterior, la de Perotas, porque procedente de Madrigal, su primera parada fue nuestro castillo.
No era la primera vez que saludaba a nuestra ilustre visitante, tuve ocasión de saludarla durante Las Edades del Hombre y presentarme como Cronista. Pero fue un saludo más protocolario, aunque yo siempre presumía de haberla presentado mis respetos.
Ahora ha sido distinto y mucho más gratificante, con mucha complicidad al advertir lo preparada que ella llega a los escenarios para contar esas historias que tanto gustan a la enorme audiencia, esos relatos que ella enriquece con su voz cálida y aterciopelada, tan característica que la identifica rápidamente y tan convincente.
Ella es también entusiasta de nuestro personaje histórico por excelencia, nuestra Isabel, a la que conoce como buena vallisoletana. Y recorrimos escenarios urbanos, los más principales de la zona monumental isabelina, el castillo, la Plaza del Real, la del Arrabal con la parroquia de Santo Domingo y la Virgen de las Angustias, la Plaza de la Villa y la iglesia de Santa María.
En definitiva, el corazón del Arévalo histórico e isabelino donde Esperanza fue desgranando datos, anécdotas y cosas de nuestra reina.
Como Cronista sentí gran satisfacción por poder estar junto a ella, el ser de utilidad en los temas cercanos a lo nuestro, en poder mostrar las cosas que me demandan, incluso con la amargura de tener que decir que tal o cual escenario de nuestra historia más importante ya ha desaparecido. No soporto los falsos históricos en aras del turismo o de rodear unos hechos en unos espacios irreales.
Ella lo entendió muy bien y nos lamentamos mucho de la desaparición de las “Casas Reales” de Arévalo, que fueron el verdadero escenario de la mitad de nuestra historia, principalmente, los episodios arevalenses isabelinos. Y tuve al final el placer de compartir mesa con ella, con Carlos su cámara en un restaurante de amigos comunes, que me invitaron, Javier, propietario y gerente del Siboney, con su esposa y su madre.
Una comida entrañable y entre amigos, como muy pronto nos sentimos allí todos. Esperemos ver esta grabación en nuestra TV, la de CyL, en los canales 7 y la 8, que las dos son partícipes, Castilla y León y Ávila, nuestras televisiones que son la misma… estaremos atentos a la fecha de emisión.
Entre tanto ya ha llegado el invierno, por fin y cómo, porque, aunque no nos guste el frío, estamos en tiempo de ello… nada de lluvias por el momento, con la falta que hace, porque las nevadas han dado para muy poco… ya se retiran, aunque por algo hay que empezar, y ahora nieblas… y todo será bienvenido en este año de tanta sequía…