POR RICARDO GUERRA SANCHO CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE ARÉVALO (ÁVILA)

De nuevo se acerca la fiesta de nuestra Patrona, la Virgen de las Angustias, y todo Arévalo y aún más, nos preparamos, nos ponemos en situación para esta celebración mariana de hondo significado para los arevalenses, comarcanos y tantas gentes más que por toda la geografía tienen una predilección por Nuestra Señora de las Angustias, como la Virgen Dolorosa que comparte los dolores de Cristo por la salvación del hombre.

Para mí es un año muy especial porque, desde la fiesta pasada a esta he vivido momentos significativos como devoto y cofrade de la Virgen, porque he presentado mi libro dedicado a Ella, un trabajo de su historia, la de mi ciudad siempre vinculada con esa advocación mariana, de las vivencias de una devoción compartida. Porque en este espacio de tiempo, a la vez, se está consolidando la ampliación con nuevos cofrades la Archicofradía en pro de una mejora de nuevas aportaciones y para la exaltación de Nuestra Señora, la expansión de su devoción, y el cuidado de su culto.

Y también porque un grupo de cofrades de Arévalo pudimos participar en un magnífico Congreso de cofradías y hermandades de toda España con esta misma advocación, y precisamente en la hermana ciudad de Granada, preciosa ciudad, a la que nos unen tantos vínculos afectivos hacia la Señora y con una gran figura histórica como nexo de unión, la Reina Isabel la Católica, que desde sus raíces de la infancia arevalense en que cultivó su devoción a esta madre de amor, hasta un momento cumbre de su reinado en que la llevó allí, a esa ciudad perla de la corona, contagiándola sus sentimientos religiosos hacia la Madre de Dios con el hermoso título de Las Angustias.

Fueron realmente uno momentos fuertes, de vivencias de nuestra religiosidad popular que, al compartir con otros muchos millares de cofrades y hermanos repartidos por toda España, nos unen en una firme espiritualidad mariana extendida por todos los rincones, pueblos y ciudades en torno a Nuestra Señora.

Fue un congreso lleno de vivencias y momentos compartidos de emociones y afirmaciones colectivas de religiosidad. Y el colofón tan emotivo para nosotros los cofrades arevalenses, cuando se aprobó por aclamación que el próximo congreso se celebrará el año 2019 en la ciudad de Valladolid. Que coincidencia, la otra ciudad y cofradía hermana de la nuestra por medio de Nuestra Señora de las Angustias. Nuevas emociones nos esperan.

Me dicen que el libro está gustando bastante a quienes lo han leído o lo están leyendo, con él contribuyo a la divulgación de nuestra devoción mariana.

Y al hilo del libro, hace unos días, paseando por nuestra capital, la ciudad de Ávila, pude comprobar lo que ya sabía, pero parecía que no iba a llegar nunca. El cierre por jubilación de un emblemático establecimiento. Vamos a ver, que decimos como un tópico que a la capital siempre vamos a papeles o a los médicos…pues no amigos míos, que de vez en cuando hacemos un hueco para visitar la ciudad tranquila y sosegadamente. Y así, en ese paseo me dirigí a saludar a un amigo, a Gonzalo Delgado de la “Librería Católica”, que ya había cerrado. Me lo había dicho en una visita anterior…

Esta pequeña librería, muy grande en riqueza cultural, con tantos clientes-amigos, siempre fue lugar de encuentros para bibliófilos, un lugar que ha marcado toda una época en la cultura de Ávila. Yo contacté por primera vez, hace ya muchos años, entonces con el padre de Gonzalo, cuando otro amigo, don Julián Blázquez, entonces párroco de Arévalo, con una común afición a la fotografía, y me envió a aquel especialista del revelado de gran calidad.

Después descubriría sus valores como librería. Y conocí el relevo generacional. Siempre con la orientación experta de un profesional. Gracias Gonzalo por tu aportación a la cultura, y ahora disfruta de tu jubilación laboral… sé que añorarás tus libros, como suele ocurrir con los profesionales de vocación, nosotros también te añoraremos.